Grupo A, con sabor al 66


Guillermo Ochoa, portero de la selección mexicana, durante un entrenamiento. FOTO LA HORA: AFP Omar TORRES

México, Uruguay, Francia y el equipo anfitrión, en este caso Sudáfrica, conforman el grupo A del Mundial de futbol de 2010, que recuerda mucho al que midió en la primera fase de la edición de 1966 a los tres primeros con Inglaterra, sede en aquel momento del evento.


La selección nacional de Sudáfrica será la encargada de abrir el torneo. FOTO LA HORA: AFP ALEXANDER JOE

En el torneo de hace 44 años, los ingleses, que terminaron proclamándose campeones, lideraron la llave, por delante del equipo charrúa, eliminado en cuartos.

En esta ocasión, el grupo, también A, se presenta como una de los más abiertos del Mundial-2010, aunque la Sudáfrica del brasileño Carlos Alberto Parreira no parece en disposición de reeditar la hazaña de lnglaterra ante su público, y mexicanos y franceses parten con la vitola de favoritos.

Para el «Tri», el torneo servirá como oportunidad para intentar doblegar a una de sus «selecciones malditas», Francia, con la que presenta un nefasto balance de un empate y cinco derrotas en sus seis duelos anteriores, el primero de ellos en el primer partido de la historia mundialista, 4-1 en Uruguay-1930.

El único empate llegó precisamente en el debut de ambos paí­ses en Inglaterra-1966, cuando empataron 1-1 en el viejo Wembley. A partir de ahí­, los aztecas cayeron 2-0 con Inglaterra y empataron 0-0 con Uruguay, viéndose relegados a la tercera plaza y, por lo tanto, a la eliminación.

El recorrido por el único Mundial en suelo británico fue diferente para los uruguayos, que con ese punto sellaron su pase a cuartos, después de haber empatado en el debut con Inglaterra, también 0-0, e imponerse por 2-1 a Francia, con remontada incluida, gracias a Ví­ctor Rocha y Julio Cortés.

Aquel equipo quedó muy tocado por la dura derrota de cuartos ante la Alemania Federal de Franz Beckenbauer, tras la cual algunos integrantes del equipo hablaron de irregularidades y de una predisposición arbitral a favor de los europeos, para favorecer una final de los germanos contra Inglaterra.

«Cuando vimos que nos poní­an un juez inglés a nosotros que jugábamos con Alemania y un alemán a Argentina que jugaba con Inglaterra, sabí­amos que éramos boleta y lo fuimos. Estábamos cocinados», comentó años después un defensa del equipo, Jorge Manicera, seguro de que el Mundial-1966 fue «vendido».

Más allá de las polémicas que han rodeado al torneo inglés, el enfrentamiento entre mexicanos y celestes en Londres es el único precedente hasta el momento entre ambos paí­ses en una fase final del Mundial, hasta su pulso del 22 de junio en Rustenburgo.

Tras su duelo en tablas y sin goles del 19 de julio de 1966, mexicanos y celestes volverán a cruzar sus caminos en una fase final de un Mundial, por segunda vez.

Con Francia, campeona mundial en 1998 y subcampeona en Alemania-2006, como gran amenaza, también tendrán que hacer frente a la presión de la hinchada local, uno de los aspectos que lanzó a los ingleses en una reñida primera fase en 1996, antes de seguir avanzando y recibir el trofeo de la reina Isabel II.

Sudáfrica aspira por lo tanto a conquistar una de las dos primeras posiciones de la llave, con lo que continuarí­a la tradición: todos los equipos anfitriones del Mundial han superado, por lo menos, la primera fase del torneo que albergaron.