Grito a la expresión


El color, las canciones, los regalos o quizá los mí­tines y discursos que promueven la «seguridad», «justicia» y sobre todo la «inclusión» parecen ser las determinantes para que jóvenes en capacidad de emitir sufragio, se inclinen por determinados candidatos.

Lourdes ílvarez
usacconsultapopular@gmail.com

En una página de Internet, publicitada por todos los medios de comunicación nacional, se abrió un espacio dedicado a la juventud guatemalteca. El sitio, como muchos otros, cuenta con secciones de supuesto interés para este «nicho», término como la mayorí­a de partidos polí­ticos suelen catalogar a la juventud en estos dí­as.

Algo que llama mucho la atención es que la mayorí­a de espacios se encuentran inhabilitados o en mantenimiento, a excepción del de comentarios.

En ese apartado quedan plasmadas las expresiones juveniles, que van desde peticiones para terminar con los pandilleros y la delincuencia, piropos para candidatos a una curul, y hasta quién se hace pasar por otro candidato a la presidencia, quien confiesa que a escondidas de su esposa «votará con mano firme».

La mayor parte de comentarios superficiales no dan paso al debate y mucho menos al análisis de inquietudes y propuestas de este sector, que como serí­a lógico pensar, es el objetivo de un espacio así­.

Según una encuesta ha pedido del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia y recientemente publicada, un 69.6 por ciento de jóvenes entrevistados cree en el voto como herramienta para el desarrollo del paí­s.

¿Pero el voto para quién?, acaso para el menos malo, para el que prometa y jure y perjure que será honrado, que acabará con la inseguridad, que encerrará incluso a los padres de los pandilleros, que dará comida a todos, que no será corrupto y que no servirá a dueños ni patrones.

Como jóvenes ciudadanos es deber cí­vico y compromiso con nosotros mismos, el identificar y desbaratar discursos, preguntar, investigar, documentarnos, conocer los planes de gobierno e historial de cada aspirante a dirigir un cargo público. Ya basta de pecar de ignorancia, de seguir esperando que las cosas cambien o se encaucen por sí­ solas.

Hemos tenido suficiente de dictaduras militares, de finqueros y azucareros que velan y seguirán velando por los intereses de la clase a la que pertenecen.

Este 9 de septiembre tenemos una oportunidad única. Este es un llamado a votar, a pronunciarnos y canalizar la resistencia y rebeldí­a a través del sufragio, de dejar la apatí­a y el individualismo que nos invaden, de aspirar a un modelo de sociedad diferente, uno comunitario, verdaderamente incluyente, justo y solidario.