Desde la suspensión de eventos internacionales en varias disciplinas hasta estadios de fútbol vacíos que causan millonarias pérdidas, el deporte mexicano también fue alcanzado por las estrictas restricciones de las reuniones públicas a raíz de la epidemia de gripe porcina.
El fútbol tuvo el primer gran impacto de las medidas tomadas por las autoridades sanitarias el pasado fin de semana durante la decimoquinta jornada del torneo Clausura-2009 cuando tres partidos se disputaron a puerta cerrada.
Pachuca-Cruz Azul, en el estadio Hidalgo; Pumas-Guadalajara, en el Olímpico Universitario y América-Tecos, en el Azteca, fueron los duelos que se jugaron sin gente en las tribunas.
El América, uno de los equipos más populares del balompié mexicano, dejó de ganar dos millones de pesos (unos 145.000 dólares) sólo por taquilla, reveló una fuente del club a la AFP.
Las pérdidas para las íguilas americanistas alcanzarían los cinco millones de pesos (362.000 dólares) si se consideran los alimentos y bebidas que dejaron de consumirse en el estadio Azteca, con capacidad para 105.000 personas.
Los Pumas, por ambos conceptos, habrían dejado de ingresar a sus arcas unos cuatro millones de pesos (290.000 dólares) ya que las 66.000 localidades de su estadio habían sido agotadas, mientras que el Pachuca dejó de recibir 800.000 pesos (58.000 dólares) por taquilla y bebidas y alimentos.
Las consecuencias de jugar a puerta cerrada se sentirán el próximo fin de semana durante la decimosexta fecha de la primera división, ya que los nueve partidos se jugarán sin gente en los estadios.
De acuerdo a un estimado sugerido por una fuente de la Federación Mexicana de Fútbol, si se toma un promedio de 80 pesos (casi 6 dólares) por boleto y considerando que los estadios estuvieran ocupados a media capacidad, los nueve clubes locales podrían dejar de ganar unos 11,5 millones de pesos (833.000 dólares) sólo por entradas.
Al calibrar la dimensión del problema de salud, la Concacaf interrumpió las semifinales del premundial Sub 17, disputado en Tijuana (norte), y aplazó dos semanas la final de vuelta de la Liga de Campeones entre los mexicanos Atlante y Cruz Azul.
El béisbol también se apegó a las acciones y las distintas plazas tuvieron que aceptar el hecho de jugar a puerta cerrada.
La situación también impactó en la actividad taurina, particularmente en la tradicional Feria de San Marcos, de Aguascalientes (centro), uno de los festejos de más tradición en México.
Se tenían programadas once corridas, de las cuales sólo se llevaron a cabo tres, incluso cuando se iba a celebrar la cuarta, las autoridades ordenaron el desalojo de la plaza de toros, con capacidad para 12.000 personas.
«No sé ni cuánto se dejó de ganar ni cuánto perdimos, ese balance lo tendremos en una semana, ahora estamos haciendo la devolución de la taquilla», dijo Ricardo Sánchez, empresario taurino.
La lucha libre, uno de los deportes de mayor convocatoria en México, también ha suspendido eventos. El Consejo Mundial de esta disciplina, a través de su página de Internet, informó que «las funciones se cancelan hasta nuevo aviso» en las dos principales arenas del país, la Coliseo y la México.
En cuanto al básquetbol, en México estaban programados dos eventos de corte internacional, pero el miércoles se informó que el torneo Centroamericano Sub 16, que iba a disputarse del 3 al 7 de junio en León, Guanajuato (centro), ya no se jugará en este país.
El Campeonato de las Américas, agendado para finales de agosto, sigue en pie, pero la situación está siendo monitoreada por los dirigentes de la Federación Internacional de Básquetbol (FIBA).
El Panamericano de ciclismo de pista y ruta ya no se realizará del 8 al 15 de mayo en Chihuahua (norte) y podría postergarse para junio. La Confederación Panamericana de ese deporte ya mandó cartas para notificar a los países que estaban registrados para competir.
La primera liga mundial de taekwondo que se iba a efectuar en la Ciudad de México también fue detenida.
El automovilismo no quedó exento de esta contingencia, y la fecha de la Serie Nascar que se iba a correr el 3 de mayo en San Luis Potosí, uno de los tres estados más afectados, fue postergada.