La incineración de miles de pavos en un criadero del este de Inglaterra infectado con el virus H5N1 de la gripe aviaria proseguía este lunes, mientras las autoridades multiplican las llamadas al público a no alarmarse y la industria aviaria anticipa millonarias pérdidas.
Un equipo de 30 personas continuó en la noche del domingo aL lunes matando con gas A unos 159 mil pavos en la granja afectada por el virus que se encuentra en Holton, en el condado de Suffolk, y que es la primera de Gran Bretaña en verse infectada por la cepa altamente patógena de la gripe aviaria.
Miles de aves comenzaron a ser transportadas el sábado por la noche en camiones sellados desde el criadero perteneciente a una de las principales empresas agroalimentarias británicas, la Bernard Matthews, para ser incineradas.
Todavía no ha sido aclarada la causa de la aparición del virus de la cepa H5N1 de la gripe aviaria, que es letal para las aves y potencialmente transmisible y también mortal para el hombre, y que tiende a transmitirse a través de las aves migratorias infectadas.
Los especialistas investigan posibles vínculos entre la aparición de ese virus en un criadero con la reaparición en un criadero de Hungría del virus, que no había sido detectado en Europa desde hacía casi seis meses.
El virus hallado en Inglaterra pertenece a la misma cepa patógena asiática hallada el mes pasado en una granja de gansos en Hungría, indicó el departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA por su sigla en inglés).
Al mismo tiempo, las autoridades sanitarias intentan calmar los temores de la población, mientras que Bernard Mathews estima que sus pérdidas se elevarán en cientos de miles de libras y la industria avícola británica teme las repercusiones de la aparición del virus en Inglaterra.
La alarma se desató el jueves por la noche, cuando el criadero informó a los servicios veterinarios gubernamentales británicos de la muerte sospechosa de más de 2.600 pavos.
Un responsable de DEFRA, Ben Bradshaw, insistió que no había «absolutamente» ningún peligro para la población de comer carne de aves, al tiempo que defendió la reacción del gobierno a la aparición del virus, que ha recibido críticas.
«Los que critican que el gobierno no reaccionó con suficiente rapidez están equivocados», dijo el responsable, afirmando que los consumidores británicos «son mucho más sensatos y menos histéricos que los de otros países, porque saben que no corren ningún riesgo al comer carnes de aves».
Un portavoz de la compañía Bernard Matthews subrayó en una nota que «ninguna de las aves afectadas formó parte de la cadena alimentaria» y que «no hay peligro para los consumidores».
Al mismo tiempo, las autoridades han incrementado sus restricciones al traslado de aves de corral, para evitar la propagación de la gripe aviaria.
Unas 165 personas han muerto en el mundo desde el 2003 a causa de este virus, la mayoría de ellas en Asia.
Los empleados de Bernard Matthews, que dispone también de una fábrica de procesamiento de carne en el lugar, recibieron medicamentos contra el virus, al igual que el personal encargado de sacrificar a los animales.