El presidente José Mujica se ha apartado de su promesa de convocar a los inversores para el desarrollo de Uruguay al impulsar la creación de un impuesto a la tenencia de tierras partiendo de una base de 2.000 hectáreas, criticaron el viernes dos organizaciones del campo.
La Federación Rural y la Asociación Rural del Uruguay manifestaron su malestar luego que se anunciara que el lunes, en el próximo consejo de ministros, será el proyecto del nuevo tributo. Ambas organizaciones reúnen a propietarios de campos agrícolas y a ganaderos. José Bonica de la Asociación Rural dijo a la prensa local que la decisión entraña un "fuerte cambio filosófico" del presidente. "Mujica se aparta del espíritu con el que muchos inversores trajeron sus ahorros en el país y utilizaron la tierra como mecanismo para invertir acá. Los niveles de inversión se han duplicado y atentar contra esta corriente realmente no lo entendemos", afirmó Bonica. Miguel Sanguinetti presidente de la Federación Rural se manifestó en igual sentido. Ese estudio del impuesto de demoró ante la oposición expresada por el vicepresidente Danilo Astori; el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, y el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre. Astori dijo que el impuesto "cambiaba las reglas de juegos" que se habían establecido desde que Mujica asumió la presidencia el primero de marzo de 2010 para un período de cinco años. El vicepresidente fue ministro de Economía y se ubica en un sector considerado moderado dentro de la coalición oficialista del Frente Amplio, Mujica, en cambio, dijo que no se cambiaba nada. Ha trascendido que el nuevo tributo será para propietarios de 2.000 a 5.000 hectáreas que pagarán ocho dólares cada hectárea, mientras que entre 5.000 y 10.000 hectáreas, pagarán 12 dólares y por extensiones superiores será 16 dólares por hectárea. Se recaudarían 60 millones de dólares. Mujica dijo el dinero que será para obras de infraestructura como rutas, puertos, y ferrocarriles para lo cual se necesitan cifras altamente superiores. La dirigencia rural y la oposición política, le han respondido recordando las promesas de Mujica en oportunidades de reunirse con decenas de inversores locales e internacionales a los que aseguró que no les aplicarían impuestos sorpresivos y los convocó a invertir en el país. Bonica recordó que Mujica se apartó de sus discursos en los que alentó a inversores a instalar sus proyectos en Uruguay. "Llama mucho la atención cómo una persona se aparta de sus dichos rápidamente", señaló Bonica. El impuesto concebido deberá contar con el respaldo del Congreso, donde el oficialismo tiene ajustadas mayorías, 16 en 31 senadores y 50 en 99 diputados. El dirigente rural manifestó que ese impuesto a la tenencia de tierras salió a luz porque el gobierno "estaba en un cisma" por el fracaso de eliminar una ley de amnistía militares de la dictadura (1973-1985). "El presidente necesitó que la opinión pública focalizara su atención en otros temas y fue así que se puso a hablar del impuesto", afirmó.