Grecia pide ayuda a la UE


Miles de inmigrantes quedan abandonados a su propia suerte en Grecia después de franquear ilegalmente la frontera con Turquí­a, por lo cual el gobierno decidió solicitar la ayuda de la Unión Europea para resolver una grave situación que la ONU califica de «crisis humanitaria».


Grecia «no puede enfrentar más» esta situación, declaró el ministro de Inmigración, Christos Papoutsis, al visitar la región del rí­o fronterizo Evros, en el noreste del paí­s, donde se registra la mayor afluencia de inmigrantes ilegales.

«Llamamos a la Unión Europea (UE) a asumir sus responsabilidades con respecto a nuestro paí­s», agregó el ministro griego.

Desde el comienzo de 2010, la policí­a griega interceptó a 34.000 personas en esa zona, contra sólo 9.000 en 2009.

Al menos 44 personas se ahogaron en las aguas del rí­o Evros desde enero de 2010 cuando intentaban ingresar a Grecia clandestinamente, indicó por su parte el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que calificó la situación de «crisis humanitaria».

Según las cifras del primer semestre de 2010, más del 75% de las 40.977 personas interceptadas cuando ingresaban ilegalmente en la Unión Europea transitaron por Grecia, según la Agencia Europea de vigilancia de las fronteras Frontex.

La reciente presencia de magrebí­es y africanos del oeste junto a afganos, paquistaní­es y somalí­es muestra que esta ruta atrae también a los que tienen cerradas las fronteras españolas e italianas.

La UE le asignó a Grecia más de 300 millones de euros hasta el año 2013 y le otorgó siete millones de euros de ayuda de urgencia en 2008 y 2009.

A principios de octubre, la Comisión Europea le prometió a Grecia una ayuda suplementaria de 200 millones.

Sin embargo, las autoridades griegas fueron incapaces de utilizar ese dinero para instalar sanitarios, camas y asistencia médica en los centros de retención, por lo cual la UE exige que el gobierno socialista griego ponga en práctica una verdadera polí­tica de atención a los inmigrantes.

A pedido de Grecia, la Comisión Europea negocia con Turquí­a un acuerdo de readmisión de los inmigrantes, pero las discusiones chocan con los diferendos limí­trofes greco-turcos en el mar Egeo.

Recientemente, el ministro griego de la Salud, Andreas Loverdos, interrogado por la extrema derecha, dijo en el parlamento que Grecia pagaba «150 millones de euros por año» para atender a los indocumentados.

«En agosto en Evros habí­a un médico para seis centros de retención sobrepoblados», objetó el sociólogo Thanos Maroukis, especialista de migraciones en la fundación griega de estudios Eliamep.

Entrampados por el cierre creciente de las fronteras de la UE, los inmigrantes recién llegados se suman en Atenas o Salónica a los miles de compañeros de sufrimiento, munidos de una orden de salir de Grecia en un plazo máximo de 30 dí­as o en el mejor de los casos de un certificado de demanda de asilo.

Actualmente hay 46.000 pedidos de asilo en espera de ser examinados.

Amnistí­a Internacional lanzó un llamado al gobierno para que reaccione frente al alza de las agresiones racistas contra los inmigrantes en los barrios populares o en el centro de Atenas, donde ocupan plazas y edificios abandonados.

«Hay que revisar en alza las estimaciones que dan cuenta de 250.000 indocumentados en Grecia», dice Maroukis, que recuerda que la última regularización de inmigrantes sin papeles fue en el año 2005.