A finales de octubre se produjeron múltiples y graves derrumbes, especialmente en la principal autopista que comunica la ciudad capital con numerosos condominios y centros comerciales de toda la parte alta que comúnmente denominamos Carretera a El Salvador.
Por medidas que tomó el gobierno de Álvaro Arzú, aun cuando se encuentren dentro de áreas urbanas, las vías de ingreso y salida son responsabilidad del Gobierno central; sin embargo, muchas acciones y competencias les corresponden a los alcaldes de los municipios, incluyendo todas esas áreas urbanas que se han desarrollado alrededor del municipio de Guatemala.
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El municipio de San José Pinula tiene de los más exclusivos y elegantes desarrollos urbanísticos, la corporación autoriza las licencias de construcción; por consiguiente, es el alcalde Antonio Coro y su concejo municipal quienes deben de prever que las construcciones que se hagan cumplan con las medidas de seguridad que eviten un desastre, en especial derrumbes, tanto sobre la autopista de ingreso y egreso hacia la capital, así como la carretera antigua de Muxbal.
Autorizar una licencia de construcción produce un buen ingreso e implica prever cómo la construcción va a afectar el área. Cada metro de calles públicas, privadas o construcción cambia el comportamiento de las aguas pluviales. Aunque el alcalde Coro es una persona profesional, en lo personal agradable, poco a poco se está evidenciando que su corporación municipal es responsable de severas omisiones.
Si se hace un estudio de muchas de esas urbanizaciones, no existen drenajes pluviales, las cunetas brillan por su ausencia. Paulatinamente se ha asfaltado muchas calles en San Rafael I, San Rafael II, en Las Nubes y en todos los condominios que se han venido autorizando sin diseño geométrico correcto.
Las residencias, los edificios que se ha autorizado construir son inversiones millonarias, muchas de las calles al asfaltarse han significado que cientos de metros de agua pluvial escurran sin ningún control, sin ninguna prevención, causando con ello verdaderos ríos que corren y pasan veloces produciendo daños y peligros graves.
Adicionalmente, en numerosas residencias con valor millonario no se han efectuado trabajos de pozos de absorción que impidan que las aguas de su propiedad privada no salgan de sus terrenos, incluso muchas de estas aguas –sin ningún respeto– las tiran hacia los terrenos colindantes que se encuentren en menor nivel que los propios. El abuso ha llegado al extremo que sacan sin autorización tubos de drenaje totalmente ilegales y antitécnicos hacia los terrenos vacíos, todo lo cual implica ilegalidades y hechos que la corporación municipal de San José Pinula tiene la responsabilidad de corregir de forma coactiva y multar.
“Prever es no lamentar”, la prevención implica acciones positivas de parte de la municipalidad, del Ministerio de Comunicaciones, Obras Públicas y Vivienda y de Conred. Después del trueno o derrumbe vienen las lamentaciones, vienen las explicaciones y aunque las mismas son convenientes no sustituyen la omisión, la irresponsabilidad de las autoridades municipales y nacionales.
El colmo de la ilegalidad también es que tanto el Ministerio de Comunicaciones, como la alcaldía de San José Pinula han hecho trabajos, colocado rótulos, establecido campamentos de construcción en áreas privadas sin la autorización que legalmente corresponde y cuando los propietarios, en algunos casos, les han propuesto un entendimiento, “se hacen los locos”, lo que implica que con toda razón podrían ser antejuiciados por abuso de autoridad. “Lex et lex”.
¡Guatemala es primero!