Grandes gastos por cumpleaños de Mugabe


Los partidarios de Robert Mugabe festejaron hoy a lo grande el 85 cumpleaños del presidente zimbabuense, en un paí­s hambriento, arruinado y afectado por una incontrolada epidemia de cólera.


En Chinhoyi, su pueblo natal al norte de Harare, en una fiesta para cuya organización se recaudaron 250 mil dólares, Mugabe cargó contra la antigua potencia colonial, Gran Bretaña, e incluso contra los miles de seguidores que le escuchaban, a quienes reprochó que ahora se vea obligado a compartir el poder.

Mugabe acusó a los británicos de imponer «sanciones que desembocaron en la escasez de algunas materias primas» y que llevaron a sus partidarios, dijo, a no votarle en las elecciones de marzo de 2008.

«Algunos de vosotros pensasteis en vuestros estómagos y vuestros hijos y vendisteis el paí­s», dijo.

Mugabe y el lí­der de la oposición convertido ahora en primer ministro, Morgan Tsvangirai, que no participó en la fiesta, formaron un gobierno de unidad tras el periodo de parálisis institucional y diferencias que siguió a las elecciones.

La fiesta, que incluí­a un pastel de 85 kilos, atrajo a multitudes que cantaban alabanzas a Mugabe, «el gran lí­der que nunca abandona a su pueblo» y el único presidente que ha conocido Zimbabue desde su independencia en 1980.

Un joven que vestí­a una camiseta con la foto de Mugabe deseaba verlo de cerca. «Es mi héroe, ha hecho mucho por el paí­s», afirmó.

Chinhoyi es la capital de Mashonaland, una provincia occidental en la que tienen propiedades agrí­colas varios miembros del partido de Mugabe y que está considerablemente mejor que el resto del paí­s.

La fiesta de Mashonaland contrastó con la miseria en la que vive la gran mayorí­a de los habitantes de Zimbabue, que además sufre una grave epidemia de cólera que ya se cobró más de 3.800 muertos desde agosto de 2008.

La mayorí­a de los zimbabuenses depende de la ayuda alimentaria para vivir, el 94% de la población no tiene trabajo y decenas de miles de personas están enfermas de cólera.

En un intento por superar esta situación, el nuevo gobierno hizo un llamamiento a la ayuda internacional. Pero la comunidad internacional, sobre todo los paí­ses occidentales, lo han recibido con prudencia, por temor a que Mugabe dé marcha atrás en su acuerdo para compartir el poder con la oposición.