Grandes distractores



Como si no hiciera falta para este pueblo indiferente y poco atento a los problemas graves que le aquejan, se nos vienen ahora grandes distractores que influirán seriamente en los próximos dí­as para cambiar el estado de ánimo de una población que vení­a sintiéndose acongojada por la crisis de inseguridad, pero que se pondrá sus mejores galas para recibir a Bush, a los Reyes de España, a Evo Morales y otros jefes de Estado, así­ como a los miles de asistentes a la Asamblea General del BID.

Y hasta los que prefieren la protesta airada y ya han manifestado su desacuerdo con la visita de Bush, por ejemplo, parecen desperdiciar recursos valiosos en términos de movilización y de activismo para dirigir sus baterí­as a un pelele que anda viendo cómo se distrae de las madreadas que le caen en su propia casa. Mejor harí­an, por supuesto, en concentrar sus energí­as en protestar por lo que ocurre en Guatemala para reclamar que tanto las autoridades como los polí­ticos que están en campaña asuman compromisos de cara a implementar los cambios profundos que el paí­s necesita.

Protestar contra Bush es gastar pólvora en sanates, sobre todo porque el Presidente de Estados Unidos no le pondrá ninguna atención a las manifestaciones en su contra que son, ciertamente, parte del paisaje que encuentra en cualquier lugar del mundo a donde llega. Pero esos grupos que se movilizan ahora con tanto dinamismo, hacen falta para que de alguna manera se sienta que el pueblo de Guatemala no es tan conformista y sangre de horchata como parece y que, en efecto, está preocupado e interesado por lograr que las cosas cambien en nuestro paí­s.

Además, Bush no cambiará ni un ápice su polí­tica porque está demostrado que es absolutamente terco y si no le hace caso a su mismo pueblo que le envió un clarí­simo mensaje en las últimas elecciones, mucho menos a un puñado de chapines que podrán vociferar lo que quieran, pero de todos modos no van a encontrar eco en absoluto a sus planteamientos.

Sentimos que es momento de concentrar nuestro esfuerzo y dedicación. Guatemala va por mal camino y ahora hemos podido comprobarlo de manera trágica y brutal, lo que nos abre la oportunidad de cambiar si es que tenemos la claridad de no quitar el dedo de la llaga. Pero si empezamos a distraernos con esos grandes distractores que se nos vienen, no dudemos que vamos a parar como siempre, echando tierra sobre nuestras debilidades y entreteniendo la nigua para que la vida siga como hasta ahora.

Si las protestas para la visita de Bush tienen algún sentido práctico es la oportunidad de encontrar a los distintos sectores para empezar a discutir nuestros problemas y definir estrategias que sirvan para forzar al cambio que nos hace falta con urgencia. Lo demás no es más que una especie de catarsis colectiva de grupos vociferantes que quedarán contentos de haberle «dicho sus verdades» al presidente de Estados Unidos y punto.