Los cuatro líderes de la ronda de Doha volvieron a intentar, esta semana, sacar de la parálisis las negociaciones sobre la liberalización del comercio mundial, usando la reunión anual del «club de los países desarrollados» (OCDE) en París a modo de ’trampolín’ de contactos.
El llamado G4 de la ronda de Doha -Unión Europea, Estados Unidos, Brasil e India- mantuvo así una reunión oficial en Bruselas, mientras se cierne sobre sus cabezas la espada de Damocles de la expiración del mandato negociador del Presidente estadounidense.
Al término de sus dos días de discretos contactos en Bruselas, este viernes reafirmaron su esperanza de concluir antes de que termine 2007 las negociaciones iniciadas en 2001 para la liberalización del comercio mundial.
«Nos mantenemos comprometidos y conservamos la esperanza de que nuestros esfuerzos (…) conducirán a una conclusión positiva de este ciclo antes de final de año», afirmaron los cuatro en una declaración común.
Lo formulado fue acordado entre el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, la representante estadounidense para el Comercio, Susan Schwab, el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, y el titular de la cartera de Comercio de India, Kamal Nath.
Lo más alejados posible de los ojos del mundo, los ’grandes’ de Doha trataron en el castillo de Val Duchesse los temas clave de la ronda negociadora de la Organización Mundial del Comercio (OMC), agricultura, tarifas industriales y servicios.
«Fueron fructíferas», señaló la declaración común en relación a unas discusiones que proseguirán en las próximas semanas para reunirse formalmente en junio a nivel de altos funcionarios y ministros.
Y es que la OMC está negociando contrarreloj para evitar el fracaso de un ciclo iniciado en noviembre de 2001 en la capital de Qatar y que fue suspendido en 2006 debido a una parálisis total en la ’manzana de la discordia’: el tema crucial de la liberalización de los intercambios agrícolas.
A finales de junio expira el mandato dado por el Congreso estadounidense al presidente, George W. Bush, para negociar acuerdos comerciales.
«El proceso de negociación en agricultura es real», aunque «las diferencias de posiciones son aún importantes», afirmó a la AFP una fuente próxima a las tratativas.
La fuente citó como ejemplo uno de los pilares del debate agrícola: las fórmulas para delimitar las cuotas arancelarias a pagar por los países importadores que deseen incluir algunas producciones en la categoría de «productos sensibles» protegidos por derechos aduaneros.
Los negociadores están lejos de alcanzar un acuerdo sobre el porcentaje de esos productos agrícolas etiquetados como «sensibles».
La UE es partidaria de fijarlo en el 8%, Estados Unidos no está dispuesto a tolerar más del 1% ó 2% y el presidente del grupo de negociación agrícola en la OMC, Crawford Falconer, propone el 5%.
Con Falconer precisamente se entrevistaron también en Bruselas los líderes de Doha, que habían aprovechado la asamblea anual llevada a cabo esta semana por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para mantener un primer encuentro «mini-ministerial».
El llamado «club de los países desarrollados» ofreció a dos de los ’grandes’ de Doha, Brasil e India, la posibilidad de una mayor colaboración, oferta que también realizó a Indonesia y Sudáfrica, «con vistas a una posible membresía».
La OCDE, sin embargo, dio un paso más comprometido hacia Chile, al abrirle sus puertas para que inicie negociaciones de adhesión, al igual que a Estonia, Israel, Rusia y Eslovenia.
«Nos invitan a jugar en primera división», se congratuló el ministro chileno de Relaciones Exteriores, Alejandro Foxley, para quien se premió la «persistencia» de Chile, que en 1992 expresó por primera vez interés en adherir a la OCDE y en 2003 pidió formalmente su ingreso en este foro.
Chile es el único país de Sudamérica y el segundo de América Latina -después de México, que ya es miembro pleno- invitado a formar parte de la organización, algo que podría concretarse en un plazo de entre un año y medio y dos años.
El G8-Finanzas rindió el sábado homenaje a Paul Wolfowitz, presidente dimisionario del Banco Mundial, por su acción en Africa, tras celebrar una reunión en Potsdam (Este de Alemania)
«Expresamos nuestro homenaje al presidente del Banco Mundial Paul Wolfowitz por sus servicios al Banco y su compromiso en favor de un desarrollo responsable y una reducción de la pobreza, especialmente en Africa», aseguran los ministros de Finanzas en un comunicado divulgado tras la reunión.
Bajo presión, desde hace semanas, Paul Wolfowitz anunció el jueves que renunciará a su cargo a fines de junio. Está acusado de haber concedido una generosa promoción a su novia, también funcionaria del BM.