Gran Bretaña cederá control de zona a Estados Unidos


Un soldado británico participa en un operativo en Sangin, Afganistán. FOTO LA HORA: AFP Abdul Malik ARCHIVO

Gran Bretaña cederá antes de fin de año a Estados Unidos el control del violento distrito de Sangin, en el sur de Afganistán, donde se han registrado casi un tercio de las bajas sufridas por las tropas de este paí­s, confirmó hoy el ministro de Defensa Liam Fox.


Fox explicó en la Cámara de los Comunes que la fuerza internacional reestructurará sus fuerzas en todo el suroeste de Afganistán para «consolidar una brigada estadounidense en el norte de (la provincia de) Helmand que asuma la responsabilidad de la seguridad de Sangin este mismo año».

«Esto simplificará las actuales disposiciones de mando y permitirá una reorganización de las tropas británicas para reforzar los progresos en los distritos clave del centro de la provincia de Helmand», agregó el ministro.

Fox justificó esta reorganización diciendo que la llegada de más de 18.000 «marines» estadounidenses de refuerzo enviados por el presidente norteamericano Barack Obama permití­a un reparto «mejor y más realista» de las tareas en el interior de la coalición.

Recordó que tanto él como el primer ministro, David Cameron, que encabeza el gobierno de coalición desde mayo pasado, siempre defendieron que las tropas británicas en esta conflictiva provincia estaban demasiado «dispersas» para poder luchar de una manera eficaz contra la insurgencia.

Estados Unidos asumirá por tanto el control del norte y del sur de Helmand, y Gran Bretaña del centro con el apoyo de las tropas danesas y estonias.

Los británicos ya transfirieron el pasado 1 de junio al general estadounidense Richard Mills el mando de todas las tropas de la Fuerza de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN en la provincia de Helmand, uno de los bastiones más resistentes de los talibanes.

Gran Bretaña, que con 9.500 hombres tiene con el segundo mayor contingente detrás del de Estados Unidos, cuenta con unos 8.000 en la provincia de Helmand, entre ellos un millar de infantes de marina en el conflictivo Sangin.

Sin embargo, en ese distrito se registraron casi una tercera parte de las 312 bajas británicas que las tropas sufrieron desde el comienzo de la intervención de la fuerza internacional liderada por Estados Unidos en el paí­s a finales de 2001, es decir 99.

El ministro rindió homenaje este miércoles a los «enormes progresos» realizados por las tropas británicas en Sangin y señaló que gracias a sus «esfuerzos y sacrificios» la provincia de «Helmand en su totalidad es ahora un lugar más seguro».

Unos 300 soldados de un batallón de reserva establecido en este momento en Chipre serán enviados temporalmente para reforzar la transición en Sangin, que se espera esté terminada en octubre.

El traspaso del control de la zona a los estadounidenses deberí­a suscitar alivio en una Gran Bretaña inquieta por el creciente número de muertos, pero también indignación de quiénes se preguntarán si el sacrificio valió la pena, sin contar con que podrí­a ser interpretado como un principio de retirada.

Los talibanes expresaron este miércoles su satisfacción por la retirada que «marca el inicio de la derrota de las fuerzas británicas en Afganistán», según declaró a la AFP un portavoz leyendo lo que presentó como un comunicado de su lí­der, el mulá Omar.

«Los derrotamos en Sangin. Pronto los derrotaremos en el resto del paí­s», agregó en Kabul precisando que los estadounidenses «enfrentarán el mismo destino».

Para la coalición civil contra la guerra «Stop the War» el anuncio es una «admisión tácita del fracaso» de esta intervención y «una retirada» aunque, según ella, el gobierno y el ejército «traten de negarlo».