Gracias


Tengo el corazón henchido de emociones, luz, ternura, esperanza (no de la polí­tica-politiquera, sino de la real), entusiasmo y fe. Mi mente tiene fresca la sonrisa de ese niño en el parque central preguntándome ¿hoy qué hay?,  mientras una mujer inhalando pegamento lo veí­a alejarse y entrar en la Concha Acústica para ser niño un rato. Lo mismo que la niñita con el pelo quemado de sol, insistiendo en jugar ajedrez y cantando una canción de Daddy Yankee para ganarse un juego de yax. No puedo borrar la satisfacción de un pequeño de ocho años al tomar el carboncillo y dibujar en papel kraft un rostro, al poder jugar, y dejar de ser el responsable de dos hermanitos más pequeños, un encargo que le impedí­a ser, jugar y divertirse.

Claudia Navas Dangel
cnavasdangel@yahoo.es

Estas cosas borraron el cansancio, el estrés, el desagradable olor e incluso hasta el miedo que en algún momento sentí­ al cargar un equipo de sonido desde la 5ª. avenida hasta ese espacio frente a la biblioteca.

 

Por eso, por esas sonrisas, esos ojos bailones, por los abrazos y llamadas solidarias de quienes soñaron ese momento tengo que decir gracias, y quiero aprovechar este espacio para hacerlo. Tengo que empezar por agradecerles a los niños y niñas, por su entusiasmo, su energí­a y su presencia. Debo agradecer también a Julio Solórzano Foppa, corazón de esas Fiestas de Octubre, espacio en el cual descubrí­ que las ilusiones al proyectarse se vuelven realidades. Gracias Lucí­a por incluirme en este grupo de gente maravillosa y  gracias a todos y todas los de las Fiestas de Octubre, los de Acude, por lo que hicieron.

 

Sueno repetitiva al agradecer, pero lo creo necesario, y por eso va mi agradecimiento para Ronald y Betty, Mafer y las otras niñas de la Escuela de Niños Pintores, Frida Kahlo, a Armadillo y la magia de sus tí­teres, a Mr. Frango, a Sergio De León y la gente de la Unión Europea por creer en esto, a Jimena, Silvana y Paula, a Nubecita, Migajita y Pozolito, a las niñas, niños y maestros de la Escuela de Ajedrez del Centro Cultural Metropolitano, a Farnés, Guillot,  Paulo  y Evelyn Blanck, a las y los niños artistas y a sus papás y mamás por apoyarlos e incentivar el arte. Gracias al Bar Central, Las Cien Puertas, a Mario Cordero de este vespertino, a León Aguilera de Prensa Libre, gracias a la gente de Guatemala, y recordando a Mercedes Sosa, gracias a la vida.