Casi un mes después de su golpe de Estado, el jefe de las fuerzas armadas de Fiji, Voreqe Bainimarama, restituyó en el poder al presidente Ratu Josefa Iloilo, de 86 años, quien justificó el «putsch» del 5 de diciembre y prometió inmunidad a los golpistas.
«Entrego el Poder Ejecutivo al Presidente. Que Dios bendiga a Fiji», declaró el contralmirante Bainimarama en conferencia de prensa.
El militar, que justificó las «decisiones extra-constitucionales» adoptadas en momentos del golpe, comprometió el apoyo de las fuerzas armadas que iban al espíritu y la letra de la Constitución.
Bainimarama se había auto-proclamado presidente interino después de haber derrocado, el 5 de diciembre al primer ministro Laisenia Qarase en un golpe de Estado incruento, el cuarto en menos de 20 años en este pequeño archipiélago del Pacífico sur.
Condenado en todo el mundo, el golpe de Estado había provocado la suspensión del archipiélago del Commmonwealth, la asociación de 53 países que reúne al Reino Unido y la mayoría de las ex colonias británicas.
En su primera intervención desde su derrocamiento, el presidente Iloilo justificó la legalidad del golpe de Estado militar de diciembre, llegando a afirmar que habría actuado de igual manera de estar en el lugar del jefe de las fuerzas armadas.
«Apoyo plenamente las acciones del contralmirante que actuó en el interés de la nación y, más importante aun, que garantizó la Constitución», declaró.
También anunció la formación de un nuevo gobierno interino que «facilitaría el otorgamiento de inmunidad al jefe de las fuerzas armadas así como a los otros miembros del ejército».
«Previa consulta con las personas competentes, voy a anunciar rápidamente el nombramiento de un gobierno interino, para que nos lleve tranquilamente hasta las próximas elecciones», agregó.
Jona Senilagakaki, nombrado en el cargo de Primer Ministro por Bainimarama en el contexto del golpe de Estado, presentó su dimisión el jueves.
Según la Constitución de Fiji, el presidente es nombrado por el Gran consejo de los jefes (GCC), órgano de consulta formado por los líderes indígenas Fijianos.
De su lado, el contralmirante Bainimarama llamó a los 900.000 habitantes del archipiélago, a los paises vecinos y a la comunidad internacional a apoyar a Fiji y a su presidente restituido en sus funciones.
El golpe de Estado del 5 de diciembre se produjo al cabo de varios meses de tensiones entre las fuerzas armadas y el gobierno nacionalista de Laisenia Qarase, en particular sobre un proyecto de ley de amnistía que habría beneficiado a los autores nacionalistas de un precedente «putsch» en mayo de 2000.
El jefe de esos militares fue calificado de «corrupto» por el presidente Iloilo, que también denunció las «políticas racistas» adoptadas contra las minorías raciales del país.
Fiji es un archipiélago de 322 islas situado a 1.770 km al norte de Nueva Zelanda, que cuenta unos 900.000 habitantes, de los cuales más o menos el 50% son Fijianos de origen melanésico, y 37% indios.