Gobierno cumple cien dí­as


El gobierno de coalición británico dirigido por David Cameron cumple mañana cien intensos dí­as marcados por un drástico plan de austeridad económica, pero sus mayores retos están por delante, con la aplicación de recortes sociales y una polémica reforma electoral.


En estos poco más de tres meses, el primer ministro conservador ha acallado a los escépticos que auguraban dificultades para tomar decisiones o incluso el colapso de su unión de conveniencia con los liberal demócratas de Nick Clegg en el primer gobierno de coalición desde la Segunda Guerra Mundial.

Desde su asunción, la principal prioridad de Cameron y de su equipo ha sido la reducción del enorme déficit presupuestario del paí­s heredado de sus predecesores laboristas, mediante un plan de ahorro sin precedentes que incluye la supresión de ayudas sociales y subidas de impuestos.

Pero el nuevo gobierno surgido de la ausencia de mayorí­a absoluta en las elecciones del 6 de mayo también ha puesto en marcha un programa de profundas reformas en ámbitos tan diversos como la educación, la asistencia social, la policí­a, la inmigración y el sistema polí­tico.

«Hemos tenido unos 100 dí­as mucho más radicales de lo que predecí­a la sabidurí­a convencional», escribió Clegg en una tribuna publicada el domingo en The Observer, estimando que este lapso de tiempo era insuficiente para hacer un verdadero balance de la gestión del gobierno.

Pero, advirtió el viceprimer ministro, «reducir el gasto público ha llevado ya a algunas decisiones controvertidas y al acercarse (el informe sobre) la revisión de gastos del otoño, estamos al borde de muchas más».

El gobierno debe detallar cómo piensa reducir el déficit actual de 154.700 millones de libras (10,1% del PIB) hasta 37.000 millones en el ejercicio fiscal 2014/15 el 20 de octubre, fecha que varios ramos de empleados del sector público aprovecharán para manifestar su descontento por las medidas de ajuste.

Según un sondeo publicado este fin de semana por el Daily Mail, 57% de los británicos considera «decepcionante» la actuación de la coalición.

«Si este gobierno tuvo alguna vez una luna de miel, ya se ha terminado», declaró al diario Anthony King, profesor de polí­tica gubernamental en la Universidad de Essex, señalando sin embargo que los británicos todaví­a «no se han desenamorado de Cameron».

A pesar de su falta de experiencia, el mediático lí­der, que con sólo 43 años se convirtió en el ministro más joven en dos siglos, ha entrado con pie firme en Downing Street, pese a algunos patinazos diplomáticos, como cuando, durante una visita a India, acusó a Pakistán de «exportar el terrorismo».

Clegg, en cambio, parece estar pagando su arriesgada apuesta, pues en estos 100 dí­as su pequeño partido de centroizquierda se ha desplomado en los sondeos.

Por el momento, sin embargo, ambos mantienen la aparente complicidad que mostraron desde su primera rueda de prensa, por lo cual han sido comparados con los dos vaqueros protagonistas de la pelí­cula de Ang Lee «Brokeback Mountain», unidos durante años por una historia de amor prohibido.

Según los analistas, los verdaderos retos para esta alianza que muchos consideran antinatural están por llegar.

«El mayor peligro es que el ajuste presupuestario ahogue la recuperación», estimó el semanario The Economist, alertando del riesgo de una nueva recesión tras 18 meses consecutivos de contracción económica en 2008/09.

De confirmarse, esta situación pondrí­a a prueba la solidez de la coalición en la que los liberal demócratas eran inicialmente partidarios de privilegiar primero la recuperación.

Otro posible foco de tensión podrí­a ser el referéndum sobre una reforma del sistema electoral, que debe celebrarse la próxima primavera boreal.

Pese a estar incluida en el acuerdo de coalición, esta reforma que muchos «Lib Dems» consideran como la única razón de su presencia en el gobierno, está lejos de convencer a los conservadores y podrí­a volver a enfrentar a los dos antiguos rivales.