Aviones y artillería del Gobierno sirio atacaron objetivos hoy cerca del aeropuerto internacional de Damasco tras una jornada de sangrientos ataques en el corazón de la capital que dejaron decenas de muertos.
No hubo reportes inmediatos de bajas por los ataques de hoy contra los suburbios de Beit Sahm y Shebaa, cerca de la carretera principal hacia el aeropuerto al sur de la capital.
El Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, y los Comités de Coordinación Local también reportaron choques en los bastiones rebeldes de Daraya y Moadamiyeh, al suroeste de Damasco.
Recientes avances de los rebeldes en los suburbios capitalinos, combinados con los ataques con bomba y tres días consecutivos de ofensivas con morteros, representan el desafío más sostenido en lo que va de la guerra civil por la sede del poder que ahora ejerce el presidente Bashar Assad.
La prensa estatal siria dijo que el coche bomba del jueves en el centro de Damasco — cerca de la sede del gobernante Partido Baath y de la embajada rusa — fue un ataque suicida que provocó la muerte de 53 civiles y dejó más de 200 heridos, incluidos niños. Activistas opuestos al régimen ponen la cifra de muertos en 61, lo que le haría el atentado más mortífero en Damasco desde que comenzó la sublevación. Las restricciones del régimen al acceso de la prensa independiente impidieron corroborar las diferencias en las cifras.
El principal grupo opositor, la Coalición Nacional Siria, condenó el ataque sin acusar a ninguna organización específica de ejecutarlo. Sin embargo, sí insinuó que el gobierno permite que grupos terroristas extranjeros operen en Siria.
«El régimen terrorista de Assad tiene la mayor responsabilidad por todos los crímenes que ocurren en la patria, porque ha abierto las puertas a aquellos con agendas distintas para que entren a Siria y dañen su estabilidad, para así usar eso como excusa para sus crímenes», afirmó el grupo en un comunicado.
Nadie se atribuyó de inmediato la responsabilidad por el ataque, pero las sospechas muy probablemente recaerán sobre uno de los grupos más extremistas en la vasta gama de facciones rebeldes, el islamista Jabhat al-Nusra, vinculado con al-Qaida. El grupo, declarado organización terrorista por Estados Unidos, se ha atribuido previamente ataques similares contra objetivos del régimen.
La coalición dijo el viernes que está a favor de la mediación estadounidense y rusa para negociar un acuerdo de paz que ponga fin a la guerra civil en el país, pero insistió en que no permitiría que Assad ni miembros de sus servicios de seguridad participasen en las conversaciones.
El anuncio fue hecho en una declaración colocada en la página de la Coalición en Facebook luego de dos días de conversaciones en El Cairo para tratar de fortalecer su posición sobre si entabla negociaciones con el gobierno.
«Bashar Assad y los líderes de seguridad y las milicias responsables por el estado actual de Siria deben renunciar y ser considerados ajenos al proceso político», señaló el comunicado. «Ellos no pueden formar parte de ninguna solución política para Siria y deben pagar por sus crímenes».
El jefe de la Coalición, Mouaz al-Khatib, ha enfurecido a algunos de sus colegas al ofrecer conversaciones con elementos del régimen para ayudar a poner fin a la guerra. El anuncio del viernes parece tener como objetivo fijar los límites para cualquier negociación futura, al subrayar que Assad y sus allegados no pueden participar en las negociaciones.
Coalición Nacional Siria