Gobierno busca vencer «maldición del petróleo»


La coalición de izquierda del gobierno noruego lucha por sobrevivir hoy en las elecciones legislativas, en las que espera poder romper la «maldición del petróleo» a la que se enfrentan desde hace una década todos los partidos en el poder que aspiran a un segundo mandato.


Desde que el paí­s empezó en 1996 a invertir prudentemente sus beneficios petroleros en un fondo de pensión, ningún gobierno logró ser reelecto.

Los sondeos sugieren unos resultados ajustados entre el gobierno de izquierda, formado por el Partido Laborista y sus socios socialistas de izquierda y de centro- y cuatro partidos de derecha que desean desalojar al gobierno actual, pero que todaví­a no han acordado ninguna alianza.

«Es imposible predecir el resultado de las elecciones. Los dos bloques están tan cerca que ninguno podrí­a lograr una mayorí­a parlamentaria», señaló el politólogo de la Universidad de Oslo, Marthe Narud.

El primer ministro laborista, Jens Stoltenberg, en el poder desde 2005, hizo campaña sobre su éxito para pasar la crisis económica sin apenas afectar a la economí­a del paí­s gracias a su masivo fondo soberano de 227 mil millones de euros (395 mil millones de dólares).

Noruega tan sólo conoció una breve recesión durante la crisis y ahora tiene la menor tasa de desempleo europea, del orden del 3%.

«Buen gobierno en vez de experimentos económicos. El Estado de Bienestar en vez de reducción de impuestos. Esto es lo que se juega en estas elecciones», ha insistido Stoltenberg, de 50 años, que ha colocado el empleo y la justicia social entre sus principales prioridades.

Inspirados por el famoso eslogan de la campaña electoral del presidente estadounidense, Barack Obama, los simpatizantes de Stoltenberg han creado camisetas en las que se lee «Jens Vi Kaen» («Jens We Can»).

Cerca de la mitad de los votantes desean, sin embargo, un cambio polí­tico, según las encuestas.

Teniendo que hacer equilibrios entre la moderación presupuestaria y las demandas electorales de beneficiarse de la riqueza petrolera, los sucesivos gobiernos han caí­do desde 1996 en la «maldición del petróleo», una expresión utilizada por el politólogo Frank Aarebrot.

En tiempos normales, el gobierno sólo puede utilizar un máximo del 4% del valor del fondo para equilibrar su presupuesto.

Pese a su alto nivel de vida, los noruegos están frustrados por las deficiencias de sus servicios sociales -largas colas para los médicos, carencia de habitaciones en las residencias para mayores, malas condiciones de las carreteras- a la vez que el gobierno atesora un alijo por valor de miles de millones de dólares.

«Â¿Por qué no vivir mejor en un paí­s en el que se vive tan bien?», reza uno de los carteles de la campaña de la oposición.

El populista Partido del Progreso, de la extrema derecha, al que los sondeos otorgan hasta el 25% de simpatí­as, se ha beneficiado del descontento y pedido el uso del dinero del petróleo para reducir los impuestos y aumentar las inversiones públicas. El partido también ha hecho campaña en contra de la «islamización» de la sociedad noruega.

Por primera vez, el Partido Conservador, liderado por Erna Solberg, de 48 años, se ha dicho favorable a una coalición de gobierno con el Partido del Progreso, de Siv Jensen.

Los conservadores obtendrí­an alrededor del 15% de los votos, según los sondeos.

LEGISLATIVAS A las urnas


Los noruegos votaban hoy para elegir un nuevo parlamento en unos inciertos comicios legislativos para la gobernante coalición de izquierda, que puede verse acosada por la oposición de derecha en este paí­s nórdico, uno de los mas prósperos del mundo.

La mayorí­a de los colegios electorales abrieron hoy, aunque algunos electores ya pudieron votar desde ayer.

La coalición saliente del primer ministro laborista, Jens Stoltenberg –que agrupa a laboristas y a sus aliados socialistas y centristas–, y la oposición de derecha están virtualmente empatados en los sondeos.

La coalición podrí­a obtener una mayorí­a de 88 escaños sobre un total de 169, contra 79 para la derecha y dos para la ultraizquierda, según un sondeo publicado hoy en el diario de negocios Dagens Naeringsliv.

Defensor del Estado providencia y del empleo, el primer ministro Stoltenberg, en el poder desde 2005, se congratula de haber ayudado a Noruega a superar la crisis económica sin necesidad de utilizar su riqueza petrolera.

Quinto exportador mundial de petróleo y tercer exportador mundial de gas, Noruega constituyó uno de los mayores fondos soberanos del mundo. A fines de junio, ese fondo petrolero sumaba 277 mil millones de euros (330 mil millones de dólares).

Este paí­s tiene hoy una de las menores tasas de desempleo en Europa (3,0%).

Por su lado la oposición de derecha promete reducciones de impuestos y privatizaciones. «No vamos a desmantelar el Estado providencia» afirma sin embargo la presidenta del partido conservador, Erna Solberg, de 48 años, considerada como la principal aspirante de la derecha al cargo de Primer ministro.