Gobierno afgano pide tiempo a talibanes


Activismo. En Corea del Sur siguen las manifestaciones a favor de la liberación de los rehenes.

Las autoridades afganas pidieron hoy a los talibanes una prolongación de 48 horas de su ultimátum ya vencido para proseguir con las negociaciones sobre la suerte de los 21 rehenes surcoreanos, a quienes los rebeldes amenazan con seguir ejecutando.


«Las negociaciones proseguí­an en el momento en que venció el ultimátum, a las 07H30 GMT. Los jefes tribales (mediadores por cuenta del gobierno de Kabul) pidieron una prolongación de 48 horas. Esperamos la respuesta», declaró a la AFP el diputado Mahmud Gailani, uno de los negociadores gubernamentales en la provincia de Ghazni, a 140 kilómetros al sur de Kabul.

Sin embargo, el portavoz de los talibanes, Yusuf Ahmadi, señaló por teléfono a la AFP que «uno o varios rehenes podrí­an ser ejecutados en cualquier momento tras la expiración del ultimátum».

Desde el secuestro de los 23 cristianos evangelistas surcoreanos, el 19 de julio, los talibanes ejecutaron a dos de ellos, un pastor responsable del grupo y un profesor de 29 años.

Wahidulá Mujaddedi, jefe de la delegación gubernamental afgana, afirmó que los negociadores intentan convencer a los talibanes de que permitan que los representantes surcoreanos puedan ver a los rehenes.

Sin embargo, el diputado Gailani señaló que ese encuentro es «imposible y ridí­culo».

«Â¿Cómo serí­a posible?, ¿Cómo se puede pensar que representantes surcoreanos pueden ir a las montañas, a zonas donde los talibanes están por todas partes?», precisó.

Los talibanes afirman que dos de las 16 mujeres del grupo de surcoreanos están muy enfermas.

Los rebeldes afganos amenazan con matar a otros rehenes si Kabul no acepta su petición de canjearlos por ocho presos talibanes. Las autoridades afganas, por su parte, exigen la liberación sin condiciones de las 16 surcoreanas.

En un gesto de presión al gobierno de Kabul, los talibanes reivindicaron las muertes de cuatro funcionarios afganos cuyos cadáveres, acribillados a balazos, fueron encontrados el miércoles al alba.

Los funcionarios habí­an sido secuestrados hace unas dos semanas también en Ghazni, la misma zona donde los talibanes capturaron a los surcoreanos.

Estos últimos –de entre 20 y 35 años– fueron secuestrados mientras viajaban en autocar por la carretera entre Kabul y Kandahar (sur), una zona de extremo peligro pues pasa por áreas controladas por los rebeldes.

Se trata del grupo más grande de extranjeros secuestrado en Afganistán desde la caí­da del régimen islamista de los talibanes, en noviembre de 2001.

En Kabul, el portavoz del presidente Hamid Karzai, Humayun Hamidzada, declaró el martes que las exigencias de los secuestradores deben ser rechazadas «por principio» para «no fomentar los secuestros».

Karzai ya ha subrayado no estar dispuesto a permitir otro canje de presos como el realizado para liberar, en marzo, al periodista italiano Daniele Mastrogiacomo.

Ese canje –una primicia desde el comienzo de la insurrección talibán– fue muy criticado por Gran Bretaña y Estados Unidos ante el temor de que pudiese fomentar nuevos secuestros por parte de los rebeldes.

Estos, por su parte, mantienen también en su poder a un ingeniero alemán de 62 años, secuestrado el 18 de julio en Wardak, a 100 kilómetros al sur de Kabul, junto con un colega compatriota y cuatro afganos.

El alemán, identificado como Rudolph B., hizo un llamamiento pidiendo ayuda en un ví­deo difundido el martes por la cadena de televisión qatarí­ Al Jazira.

El ví­deo, la primera señal de que sigue vivo, «data de varios dí­as», señaló el miércoles en su página internet el diario Spiegel citando a expertos de la policí­a criminal alemana.

El cadáver del otro ingeniero alemán, de 44 años, apareció poco después de su secuestro en Wardak. Por el momento no han sido hechas públicas las causas de su muerte.

Los talibanes piden otro caje de prisioneros por el alemán aún en su poder.