Gobernador de Nuevo México aboga por reforma migratoria


Estados Unidos ha deportado de su paí­s a miles de inmigrantes. En la fotografí­a uno de los últimos vuelos recibidos por Guatemala.

El gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, abogó en Madrid por una reforma migratoria en Estados Unidos que combine más seguridad y la legalización de los que están en el paí­s, al tiempo que pidió a Washington más diálogo en sus relaciones con la comunidad internacional.


Bill Richardson, fue aspirante a la candidatura demócrata pero declinó por apoyar a Barack Obama.

«Estados Unidos necesita de una reforma migratoria integral que sea al mismo tiempo realista y humana», afirmó Richardson, quien se mostró convencido de que esta ley tendrá su mejor oportunidad el próximo año, tras las elecciones en Estados Unidos de noviembre que designarán al sucesor del presidente republicano George W. Bush.

«El tema de tener una ley de migración va a tener el año que viene la mejor chance de que se apruebe, primero porque el senador (Barack) Obama, en opinión mí­a, puede traer a republicanos y demócratas unidos para aprobar un plan de dos aspectos: más seguridad en la frontera pero también un plan de legalización para los 12 millones que están en Estados Unidos», afirmó.

El que fuera aspirante a la candidatura demócrata para las elecciones estadounidenses y se retiró, dando su apoyo a Obama, dejó así­ entrever su convencimiento de que el actual candidato demócrata será el próximo ocupante de la Casa Blanca.

Además recordó que el candidato republicano, John McCain, también tiene un plan de legalización, por lo cual «por primera vez veo el año que entra, después de la inauguración (toma de posesión) del nuevo presidente, (como) un tiempo de luna miel (en el) que se pueda aprobar una ley migratoria».

Durante un desayuno informativo en la madrileña Casa de América, el que fuera secretario de Energí­a del presidente Bill Clinton, abogó por un cambio en las relaciones internacionales de Estados Unidos con una mayor presencia del diálogo y el multilateralismo, y pidió en particular que Washington integre el Tribunal Penal Internacional.

«Requerimos de un nuevo realismo en la polí­tica exterior (norte)americana, un realismo de ética, de principios, que no albergue ilusiones acerca del poder militar en un mundo de peligros, sino que entienda la importancia de la diplomacia y la cooperación», afirmó Richardson.

El gobernador del estado de Nuevo México recordó que la globalización ha convertido en mundiales problemas como el terrorismo, la proliferación nuclear o las cuestiones ecónomicas, a los que se han sumado nuevas amenazas como el recalentamiento global, la escasez de alimentos o la pobreza.

«Son problemas cuyas causas son internacionales y cuyas soluciones también tienen que ser internacionales. Las demás naciones deben poner todo de su parte para resolver estos problemas, pero sólo Estados Unidos puede proporcionar el liderazgo fundamental que se requiere para superar esta crisis», afirmó.

Richardson pidió «abordar las relaciones con Rusia y China de una manera estratégica y coherente» y abogó por que Washington dialogue con Cuba y Venezuela.

«El embargo no ha tenido éxito, pero me gustarí­a que Cuba también se mueva, sea más democracia, se mueva en sacar más presos polí­ticos, pero si puedo yo dar un consejo al nuevo presidente es que el embargo no ha resultado en nada positivo, así­ que hay que cambiar esa polí­tica», dijo Richardson.

«En Venezuela, tenemos desacuerdos con el presidente (Hugo) Chávez, pero yo estarí­a por un diálogo directo con él, a ver si podemos resolver nuestras diferencias», agregó.

Richardson se encuentra desde hace dos dí­as en Madrid, donde el pasado sábado fue el encargado de cerrar la III Convención de Lí­deres Hispanos de Estados Unidos, celebrada en la capital española.

Hoy se reunió con el presidente del gobierno español, José Luis Rodrí­guez Zapatero, y con el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos.

«Requerimos de un nuevo realismo en la polí­tica exterior norteamericana, un realismo de ética, de principios, que no albergue ilusiones acerca del poder militar en un mundo de peligros, sino que entienda la importancia de la diplomacia y la cooperación»

Bill Richardson,

Gobernador