Con la llegada de Raúl Velásquez a Gobernación, este ministerio pasa de mano en mano. Semeja una estafeta que busca a la persona apropiada, capaz de responder con hechos y pronto al enorme problema de seguridad. Bate récord los continuos movimientos operados durante 18 meses en la importante cartera referidos al gobierno de Colom.
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Hoy la información no pasa desapercibida en todo el país. Existen expectativas concernientes al estira y afloja acontecidas en la administración pública. Las mismas registran diversos titulares, entre ellos: Vinicio Gómez, fallecido; Francisco Jiménez, Salvador Gándara y el propio Raúl Velásquez, abogado, ingeniero y matemático.
De los mencionados, al dejar el cargo distan de quedar desempleados, como ha sucedido en la política cimarrona. Jiménez es el actual secretario Técnico del Consejo Nacional de Seguridad, en tanto que Gándara retorna a sus habituales labores al frente de la alcaldía municipal de Villa Nueva, donde los vecinos lo ungen con la reelección.
En otras circunstancias, nada tendría de particular el aludido movimiento, si tomamos en cuenta que son vaivenes de la democracia. Pero a propósito del actual estado de cosas, viene a ser una especie de parámetro a la espera de solución. La desesperación ciudadana y en general de la población, clama por que las cosas cambien.
Un cambio positivo, beneficioso y estable, como cura al nerviosismo, crisis aguda y casos y cosas conexas que agobian a todos. Corrobora una vez más la imperiosa necesidad que exigen los connacionales de una vida tranquila. Es soportable, inclusive la crisis económica relativamente, no así la violencia, criminal que impera.
Justo la inseguridad, posesionada a lo firme según se ve, constituye un problema gigantesco, causante de tantas situaciones que golpean duro y a la cabeza. El rostro de la inseguridad demuestra por lo visto ser problema de origen estructural, urgido de contar con políticas bien definidas de parte del Estado, cuya ausencia da señales visibles.
El nuevo ministro, Raúl Velásquez ha estado cercano a su antecesor, en condición de ex viceministro de Apoyo Comunitario de Gobernación. De consiguiente lleva en sus alforjas experiencias acerca del candente ramo. Por lo tanto tiene a su cargo importantes retos y desafíos en el orden del cumplimiento efectivo de esa misión que no es imposible.
Deja esta última condición, sin embargo deberá asumir funciones frontales, mediáticas y urgentes. La situación crece día a día, con el membrete fatídico de terminar con la serenidad y paciencia de los guatemaltecos deseosos, reitero, de vivir tranquilos. El temor constante mina los organismos, tal y como puede verse aquí y allá.
Todos opinamos sobre el particular, al momento que es del dominio público el hecho insoslayable que es necesario, prioridad uno, actuar en base a un plan bien definido. Eso, hasta el día de hoy da la impresión que no ha existido. Los planes, sean del tipo o naturaleza que sean, pautan los pasos a seguir con certeza y metas claras.
La visión critica, a cargo de analistas de seguridad reflejan las necesidades que deberá implementar el nuevo encargado del ministerio de Gobernación. Una Academia de Formación de oficiales de Policía, no sólo incrementar los efectivos policíacos, a criterio de Mario Mérida. Depuración de los altos mandos de Gobernación y PNC, dice Iduvina Hernández.
Y quienes coinciden en otro aspecto señalan la conveniencia de tomar en cuenta a los sectores ciudadanos, mediante reuniones puntuales. Por supuesto lejos de sólo accionar encerronas, amerita darle valor a lo utilitario del tiempo, mediante puestas en común. Que termine el simple palabrerío y se pase a tomar decisiones pronto.