El constructor estadounidense General Motors, alentado por resultados que considera mejores que lo previsto desde su salida de la quiebra, quiere acelerar el rembolso de sus deudas a los gobiernos acreedores y planea incluso entrar en Bolsa en el segundo semestre de 2010.
La opción de cotizar en bolsa parece sin embargo ser objeto de disensos entre el director general del grupo Fritz Henderson y el presidente del consejo de administración Edward Whitacre.
GM registró una pérdida de 1.151 millones de dólares entre el 10 de julio, fecha de su salida de la quiebra y el 30 de setiembre.
«El entorno continúa siendo muy difícil. Perdimos dinero y no estamos satisfechos», comentó el director general del grupo en la cadena financiera CNBC.
Pero las performances de GM pese a todo fueron «mejores que lo anticipado en el momento» de la salida de la quiebra, particularmente en Europa, agregó Henderson en conferencia telefónica.
El grupo registró un volumen de negocios de 28.000 millones de dólares entre julio y setiembre, o sea «4.900 millones más que el «viejo GM»» (el grupo antes de la quiebra y la reestruturación) en el segundo trimestre.
Las ventas mejoran principalmente en China, Brasil, India y Rusia.
GM prioriza «acelerar sus rembolsos» en Estados Unidos y Canadá, con una primera entrega de 1.200 millones de dólares en diciembre.
GM podría incluso rembolsar la totalidad de los 6.700 millones de dólares que debe al gobierno estadounidense y los 1.400 millones que adeuda a Canadá a partir del segundo semestre 2010 si su situación financiera lo permite, subrayó Henderson.
El grupo ya comenzó a rembolsar al gobierno alemán préstamos destinados a sostener la actividad de Opel: 500 millones de euros (700 millones de dólares) ya fueron abonados en noviembre, los 400 millones de euros restantes se saldarían hacia fin de mes.
Según Henderson, «la etapa siguiente es preparar la introducción en Bolsa» del nuevo GM, con la posibilidad de que los accionistas y principalmente el Estado, «reduzcan su parte» en el capital del grupo.
El grupo no cotiza desde que se amparó en la ley de quiebras a principios de junio.
«Nuestro objetivo es estar listos para entrar en Bolsa para la segunda parte» de 2010, agregó Henderson. La semana pasada, Whitacre, nombrado por la administración del presidente Barack Obama, había estimado sin embargo que «es demasiado pronto para especular» sobre tal eventualidad.
En lo que concierne a la reestructuración de las actividades europeas Opel/Vauxhall, cuyo costo GM sitúa en los 3.300 millones de euros (4.900 millones de dólares), las negociaciones continúan con los sindicatos. El constructor considera «finalizar sus planes a comienzos de diciembre».
Henderson se negó a dar detalles sobre la financiación, indicando solamente que los fondos correspondientes a GM saldrían de su tesorería. GM sigue contando en gran parte con ayudas gubernamentales para reestructurar Opel.
El cotidiano the Wall Street Journal afirmaba el mismo día que el grupo planea poner sobre la mesa 1.480 millones de dólares en efectivo pero espera obtener 3.000 millones de varios países europeos donde Opel-Vauxhall está presente.
En cuanto a la búsqueda de un nuevo director para Opel, podría prolongarse «durante meses en lugar de semanas», concluyó Henderson. El anterior director Carl-Peter Forster, partidario de que fuera absorbido por el consorcio Magna/Sberbank, fue separado del cargo a comienzos de noviembre.