GLORIOSA PLENITUD


Ferdinando Velasco, un joven ecuatoriano de 20 años, habí­a tratado de ser feliz a través de complejos estudios y prácticas extrañas, pero el resultado habí­a sido decepcionante.

César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

Después, se introdujo en el peligroso mundo de los vicios y los placeres malsanos; eso le causaba alguna satisfacción, pero se dio cuenta de que sólo era en forma momentánea y engañosa.

Así­, continuó su vida, siempre buscando la medicina que aliviara su desesperante amargura; pero en cierta ocasión, descubrió casualmente, aquello por lo cual habrí­a dado todo.

Realizó un acto bondadoso, y ése fue el primer paso en una ruta de amor y felicidad, porque no hay nadie más feliz que aquel que busca hacer dichosos a sus hermanos.

EL SENDERO HACIA LA DICHA SIEMPRE EMPIEZA CON UNA BUENA OBRA