El alemán Linus Gerdemann (T-Mobile) venció en la séptima etapa del Tour de Francia, primera en los Alpes, disputada hoy en un trazado de 197,5 kilómetros entre Bourg-en-Bresse y Grand-Bornand, situándose, además, como líder de la ronda.
Gerdemann, de 24 años, llegó en solitario a la línea de meta, arrebatando el maillot amarillo al suizo Fabian Cancellara, que era primero en la general desde la etapa-prólogo en Londres.
«Es el día más bonito de mi vida. ¡Es increíble! No creo haber rodado nunca tan deprisa como en el último ascenso. El último kilómetro me pareció una eternidad. Es magnífico vivir una jornada como la de hoy», decía el vencedor.
En segundo y tercer lugar llegaron los españoles Iñigo Landaluze y David de la Fuente, que habían incrementado el ritmo para intentar dar caza al alemán y que son ahora segundo y tercero en la general.
Por detrás de ellos, el colombiano Mauricio Soler terminó cuarto, superando a otro de los integrantes de la escapada del día, el francés Laurent Lefí¨vre.
Gerdemann se destacó del grupo de escapados en la Colombií¨re, a 20 kilómetros de la llegada, en el primer puerto de relevancia en esta edición del Tour.
Para el alemán, que tiene fama en el pelotón internacional de ser un corredor de gran fuerza física y mental, es la segunda victoria en su palmarés como profesional, que se inauguró en 2005 con una etapa en la Vuelta a Suiza.
Tras un inicio agitado por los intentos de ataque, a partir del kilómetro 40 se adelantó un grupo de quince hombres, que llegó a disponer de una ventaja máxima de 8 minutos y 30 segundos en el kilómetro 86, que se redujo hasta 4 minutos y 30 segundos en el inicio de la ascensión a la Colombií¨re.
Cancellara, a pesar de los esfuerzos por sumarse al grupo de cabeza y defender su liderato en la ronda francesa, no pudo aguantar el ritmo y acusó el desgaste en el inicio del puerto.
Por su parte, el alemán Andreas Klí¶den y el kazako Alexandre Vinokourov, los dos líderes del Astana, lograron aguantar el ritmo y mantener en el primer pelotón, a pesar de sus lesiones.
«Estaba un poco mejor que ayer. He llegado con todos los demás y para mí es como una victoria», declaró ’Vino’, que espera aprovechar la primera jornada de descanso, el lunes, para recuperarse de la caída en la que se lesionó en ambas rodillas y en el codo.
En la clasificación general, Gerdemann se viste de amarillo, superando a Landaluze en un minuto y 24 segundos, antes de afrontar el domingo una dura etapa de montaña, con tres puertos de primera categoría.
La llegada de la octava etapa estará en Tignes, en una altitud de 2068 metros, con una pendiente media de 5,4% en la ascensión final.
Tignes, creada como estación de montaña en 1956, recibe por primera vez al Tour de Francia y será además el lugar donde permanecerán los corredores el lunes, en su día de descanso.