Tiflis se declaró hoy en «estado de guerra» y denunció una «agresión militar total» de Moscú, un día después de que las fuerzas de ambos países se enzarzaran en combates en la región separatista de Osetia del Sur, cuya capital, Tsjinvali, los rusos dicen haber «liberado».
«He firmado un decreto sobre el estado de guerra. Georgia se encuentra en un estado de agresión militar total», afirmó el presidente georgiano, Mijail Saakashvili, en una reunión televisada de su Consejo Nacional de Seguridad.
Fuentes de seguridad georgianas aclararon que ese decreto equivale a la instauración de la ley marcial y que de ninguna forma puede ser interpretado como «una declaración de guerra a Rusia».
«Sería ridículo. Hacemos frente a una agresión militar de Rusia y declaramos la ley marcial», precisó el secretario del Consejo Nacional de Seguridad, Alexander Lomaya.
El ejército ruso había anunciado poco antes haber «liberado» Tsjinvali, después de haber enviado tanques y tropas para combatir una ofensiva de Tiflis destinada a recuperar el control de esta región separatista.
Al tiempo que el conflicto arreciaba y el número de muertos aumentaba, aviones militares rusos destruyeron un puerto clave de Georgia y bombardearon una ciudad norteña.
Las tropas desplegadas por Moscú «liberaron completamente Tsjinvali de las fuerzas militares georgianas», dijo el general Vladimir Boldyrev en Vladikavkaz, la capital de la república rusa de Osetia del Norte, citado por agencias de su país.
En estos momentos se está evacuando a los heridos, a soldados de las fuerzas rusas de mantenimiento de la paz y a civiles, agregó este responsable.
El jefe de gobierno de Osetia del Sur, Iuru Morozov, confirmó la «liberación total» de la ciudad, con «el apoyo de las fuerzas especiales del ejército ruso».
No obstante, la artillería georgiana volvió a abrir fuego hoy contra Tsjinvali, anunció la agencia Interfax citando a su corresponsal en la zona.
Rusia apoya al gobierno separatista de Osetia del Sur por lo que ayer envió a sus tropas en respuesta a la ofensiva militar iniciada el jueves por las tropas georgianas.
La región de Tsjinvali era escenario hoy de combates «encarnizados» entre fuerzas georgianas y rusas, dijo Alexander Lomaya.
La aviación rusa bombardeó, hoy por la mañana, la ciudad de Gori, en el norte de Georgia, matando a civiles y destruyendo varios inmuebles, según la televisión pública georgiana.
Rusia «devastó» igualmente el puerto de Poti sobre el mar Negro, una infraestructura «clave para el transporte de recursos energéticos del mar Caspio, cercana al oleoducto Baku-Supsa y al terminal petrolero de Supsa», aseguró el ministerio georgiano de Relaciones Exteriores.
Moscú, que confirmó la pérdida de dos aviones de combate, desmintió que sus aparatos hubieran atacado «poblaciones civiles en Georgia», contrariamente a las acusaciones de Tiflis.
Mil seiscientas personas habrían muerto en Tsjinvali desde el inicio de la ofensiva georgiana, según una responsable del gobierno de Osetia del Sur, Irina Gagloieva.
Los georgianos desmintieron tal cifra, una «mentira flagrante» en palabras de su presidente.
Otros miles de habitantes resultaron heridos en esta región, según las autoridades locales, y unas 30 mil personas habrían huido para franquear la frontera con Rusia, según el viceprimer ministro ruso, Serguei Sobianine.
El conjunto de 2 mil militares georgianos desplegados en Irak abandonarán el país en un plazo máximo de tres días, aseguró por otro lado su comandante, Bondo Maisuradze.
El presidente estadounidense, George W. Bush, hará una declaración hoy sobre el conflicto en Osetia del Sur.
Los Juegos Olímpicos volvieron hoy al terreno político, apenas se acababan de entregar las primeras medallas, a causa del conflicto en Osetia del Sur y de la presencia en Pekín del primer ministro ruso, Vladimir Putin, y del presidente estadounidense, George W. Bush.
En una breve declaración leída a la prensa en Pekín, Bush pidió el fin «inmediato» de los combates en Osetia del Sur, la región separatista de Georgia, y el cese de los bombardeos rusos.
«Hemos pedido el fin inmediato de la violencia», dijo a la prensa en una declaración pronunciada en la capital china, donde asiste a los Juegos Olímpicos inaugurados ayer.
«Pedimos el fin de los bombardeos rusos y la vuelta a la situación del 6 de agosto», antes del inicio de la escalada bélica, agregó.
El presidente estadounidense expresó su preocupación porque la violencia se haya extendido y pidió a Rusia que apoye los esfuerzos diplomáticos en curso.
Bush se entrevistó hoy con los presidentes de Rusia, Dimitri Medvedev, y de Georgia, Mijail Saakashvili, explicó Gordon Johndroe, portavoz de la Casa Blanca.
«Los ataques se producen en regiones de Georgia alejadas del área de conflicto de Osetia del Sur. La violencia amenaza a la paz regional», sostuvo Bush.
«Georgia es un país soberano y hay que respetar su integridad territorial», agregó.
El presidente norteamericano recordó que la crisis se puede resolver de «manera pacífica» y dijo que trabaja con sus «aliados europeos» para «lanzar una mediación internacional para reanudar el diálogo».
«Rusia tiene que apoyar estos esfuerzos para restablecer la paz lo antes posible», continuó, especificando que existen contactos entre Washington, Moscú y Tiflis «a todos los niveles de gobierno».
Georgia lanzó ayer una ofensiva militar contra esta región rebelde pro rusa, motivo de enfrentamiento entre las fuerzas georgianas y rusas desde la caída de la URSS.
En cuanto a Putin, hoy se reunió con el presidente chino Hu Jintao para destacar oficialmente «la amistad ruso-china», sin que se filtrase nada de la posible conversación sobre Osetia del Sur.
Poco antes, China había hecho un llamamiento de alto el fuego entre Rusia y Georgia, instando a las dos partes a «resolver sus diferencias a través del diálogo».
El ex presidente ruso, que no ha acortado su viaje, tenía que volver hoy a Moscú.
En la conversación que mantuvo con Bush, Medvedev denunció las «miles de víctimas» causadas por las «acciones bárbaras» de Georgia.
A través de su portavoz, Giselle Davies, el Comité Olímpico Internacional (COI) reaccionó subrayando que las hostilidades en Osetia del Sur son «contrarias a los ideales olímpicos».
Aunque la agenda de Bush tenía hoy un tono más lúdico, estaba siento «informado regularmente» sobre la situación en Osetia del Sur, según la Casa Blanca, que precisó que el mandatario mantuvo una conversación telefónica con su secretaria de Estado, Condoleezza Rice.
El domingo, el presidente estadounidense se reunirá con su homólogo chino Hu Jintao y con el primer ministro Wen Jiabao, nueva prueba de que la política y la diplomacia son difícilmente disociables de estos Juegos.
Desde sus primeras horas en suelo chino, Bush había vuelto a defender la libertad de expresión en China, tras un discurso sobre el mismo tema en Tailandia.
No sería sorprendente que volviera a sacar a relucir el asunto antes del final de su viaje, durante el que asistirá a una misa en un templo protestante y hablará de la libertad religiosa.
Otras cuestiones centrarán sus entrevistas, como la persistente tensión en la península coreana.
En el capítulo de incidentes, un chino asesinó hoy a un turista estadounidense en la célebre Torre Drum de Pekín, antes de quitarse la vida, sin que por el momento se conozcan los motivos del agresor.
La policía china detuvo por su parte a cinco extranjeros en la plaza de Tiananmen que se manifestaban pidiendo el fin de la represión en Tíbet, según el grupo activista Free Tibet Campaign.