Las autoridades georgianas anunciaron hoy el fin de la crisis y el próximo levantamiento del estado de excepción tras el anuncio de elecciones presidenciales anticipadas, epílogo de un pulso con la oposición que empañó la imagen de demócrata del presidente Mijaíl Saakachvili.
«El estado de excepción permanece en vigor pero la idea es levantarlo lo antes posible», declaró a la AFP el portavoz del ministerio georgiano del Interior, Chota Utuachvili.
«La crisis terminó y muy pronto no habrá necesidad del estado de excepción», añadió el portavoz, precisando que el parlamento tiene previsto votar el viernes el cese o la prolongación de esa medida.
«Si el parlamento no la prolonga, será levantada inmediatamente», subrayó Utuachvili.
El servicio de prensa del parlamento así como la secretaria de su presidente, Nino Burdjanadzé, no estaban localizables para confirmar esa información.
Paralelamente, las autoridades georgianas reconocieron por primera vez «abusos» de los agentes antidisturbios en su actuación en las manifestaciones del miércoles.
«Las imágenes de la televisión muestran que, en ciertos casos, la policía abusó de su poder. Habrá una investigación y los que se excedieron serán castigados», afirmó el portavoz del ministerio del Interior.
El miércoles, tras seis días de una contestación que iba decreciendo, la policía dispersó a los manifestantes anti-presidenciales con golpes, gases lacrimógenos y balas de goma.
Tras los disturbios, más de 500 personas solicitaron cuidados médicos y otras varias decenas fueron hospitalizadas.
El presidente decretó el estado de excepción durante 15 días y desencadenó así las críticas de los países occidentales, con Estados Unidos en cabeza, aliados habituales de Georgia.
Desde hace dos días, las cadenas de televisión más populares, sobre todo la pro-gubernamental Rustavi-2, tienen prohibido transmitir información.
Imedi, la principal cadena privada opositora, está interrumpida desde la irrupción en sus locales de las fuerzas especiales.
Las emisoras de radio sólo transmiten música y está prohibido el derecho de reunión.
El jueves por la noche, la justicia georgiana anunció la búsqueda de dos dirigentes de la oposición, Tsotne Gamsajurdia y Chalva Natelachvili, acusados de espionaje e intento de golpe de Estado con la ayuda de responsables oficiales rusos.
Sin embargo, el ministerio del Interior declaró el viernes a la AFP que «no hay abierta una investigación criminal» contra ellos y que la policía no les busca para arrestarlos.
La oposición, por su parte, intenta unificar sus fuerzas en torno a un único candidato para tener más oportunidades de derrotar a Saakachvili.
Este último superó las expectativas de la oposición –que reclamaba la convocatoria de legislativas en 2008– al anunciar la celebración de unas presidenciales anticipadas para el 5 de enero.
Saakachvili también anunció un referéndum sobre la fecha de esas legislativas, que podrían organizarse en la primavera o el otoño de 2008.
La crisis política georgiana ha provocado también una tensión diplomática con Rusia, país con el que Tiflis mantiene desde hace meses un duro pulso.
Moscú anunció el jueves la expulsión de tres diplomáticos georgianos como represalia a una medida semejante anunciada anteriormente por Tiflis, que acusó a los «servicios especiales rusos» de estar «implicados» en los recientes sucesos en las calles de Tiflis.