En otros tiempos, la piratería cibernética, o «hacking», era simplemente un delito: introducirse en una computadora ajena. Hoy el término se refiere a una actividad crucial y totalmente legal del sector tecnológico.
Las competencias entre programadores llamadas «hackathons» (hackatones o maratones cibernéticas), se han propagado como virus como medios para que diseñadores y fanáticos de la computación se reúnan a comer pizza, trasnochar y crear cosas nuevas.
Las sesiones maratónicas estudian de todo, desde crear apps rentables hasta aplicar el código cibernético para resolver los problemas de la humanidad. Este año están programados 1.500 hackatones alrededor del mundo, comparado con apenas un puñado en 2010.
«Un hackatón es la manera más rápida de poner en práctica una idea», dijo Nima Adelkhani, organizadora de una maratón por la paz en Medio Oriente prevista para durar un fin de semana en San Francisco.
La policía y la justicia no se han desentendido del término. Decenas de ciberpiratas condenados por la justicia federal purgan condenas de prisión. El presupuesto del Departamento de Justicia incluye 9 millones de dólares para la represión del ciberdelito, que incluye el «hacking».
Sin embargo, los nuevos usos del término aparecen con frecuencia creciente desde 1999, cuando creadores de software se reunieron en un par de eventos para inventar programas.
Yahoo es el organizador reconocido del primer hackatón oficial en 2005. Adicionalmente, el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, también obtuvo reconocimiento por ampliar las definiciones al exhortar a su personal a «hackear» al «construir algo rápidamente o poner a prueba las fronteras de lo que se puede hacer».
La nueva opción de Facebook, vigente desde el jueves, que da a los usuarios más de 50 maneras de identificar su género más allá de masculino y femenino, fue concebida durante un hackatón de la empresa hace cuatro meses.
Este mes se realizó el primer hackatón global de Logros Masculinos Negros en Oakland, California. Se acerca el Día de Hack Musical en Tokio y competidores en el Hackomotive en Santa Mónica, California, crearán apps para facilitar la compra y venta de automóviles.
Durante estas competencias tecnológicas, equipos de programadores, ingenieros y creadores de software se reúnen durante horas en torno a los monitores en los que crean nuevos apps para teléfonos multiuso u otros artefactos. Un jurado elige a los ganadores y se otorgan premios.
«Los creadores de software pertenecen a una especie rara: les pagan mucho dinero por hacer este trabajo durante la semana y les gusta tanto que quieren seguir haciéndolo durante el fin de semana», dijo Jon Gotfriend, que asiste a los hackatones desde hace más de tres años.
La propagación de estos eventos ha dado lugar a una serie de normas. Los equipos están conformados por poca gente. Se pueden elaborar diseños, generar ideas y de antemano, pero todos empiezan a redactar códigos al mismo tiempo. Adicionalmente, cada equipo es dueño de su creación.