La reciente ola de víctimas civiles registradas durante operaciones militares en Afganistán hace que la población repudie a las tropas extranjeras y debilita aún más la frágil autoridad del presidente Hamid Karzai, estiman los analistas hoy.
Esta semana, a lo largo de todo el país, miles de afganos manifestaron violentamente para denunciar los «errores» cometidos por las fuerzas extranjeras y que éstas a menudo éstas de ignorar.
El miércoles, el presidente Karzai convocó a los jefes militares de la OTAN y de la coalición dirigida por Estados Unidos para advertirles que las víctimas civiles son «inaceptables».
«Los afganos son también seres humanos», insistió ante los periodistas después de su reunión con los jefes militares.
En la misma tarde, las Naciones Unidas y la policía afgana entregaron los primeros resultados de sus investigaciones sobre la muerte de unos 50 civiles en la provincia de Herat, durante combates en los cuales, según el ejército estadounidense, murieron más de 130 talibanes.
«Con cada víctima civil aumenta la cólera de la población afgana», explicó Sarah Holewinski, directora de la Campaña por las víctimas inocentes de conflictos, con sede en Washington.
«Es un útil de propaganda ideal para los talibanes para negar todos los avances logrados en cinco años» desde el derrocamiento del régimen fundamentalista, estimó Nader Nadery, de la Comisión Afgana de Derechos Humanos, un organismo independiente.
Además de los incidentes que afectaron a civiles, la vida cotidiana en contacto con más de 50 mil soldados de la OTAN y la coalición es mal aceptada por la población.
Los agresivos convoyes militares bloquean la circulación, los soldados que disparan contra los vehículos que les parecen sospechosos en los retenes o los allanamientos nocturnos, que van en contra de la cultura local de la vida privada, se agregan a la humillación de la gente que trata de sobrevivir.
En mayo de 2006 hubo graves disturbios en el norte de Kabul luego de un accidente de tránsito provocado por un convoy estadounidense en el cual murieron dos transeúntes.
En abril, una unidad de infantes de marina norteamericanos fue retirada de Afganistán, acusada de haber disparado contra civiles, matando a 12 personas, entre ellas dos niños.