El poeta argentino Juan Gelman, flamante Premio Cervantes, depositó ayer en una caja fuerte del Instituto Cervantes de Madrid su legado, un pergamino, cuyo contenido se conocerá el 3 de mayo de 2050, una fecha a la que el literato espera llegar.
«El 3 de mayo es mi cumpleaños y espero llegar al 2050» para abrir de nuevo la caja, afirmó, entre risas, Gelman, de 77 años, tras depositar su legado en la «Caja de la Letras», la enorme bóveda acorazada del Instituto Cervantes.
Gelman, que el miércoles recibió de manos del rey Juan Carlos I el máximo galardón de las letras hispanas, introdujo en la caja un antiguo pergamino protegido en satén rojo, cuyo contenido seguirá siendo desconocido hasta que se vuelva a abrir la caja fuerte dentro de 42 años en la fecha elegida por el poeta.
«Espero que sirva a los jóvenes poetas, a los que vendrán, porque aunque algún día, tal vez, no se pueda hacer poesía, siempre habrá poetas», afirmó Gelman tras introducir el pergamino en la caja fuerte.
«Caja 1028. Premio Cervantes. Juan Gelman. Llegada 21/4/2008. Apertura 3/5/2050», reza la tapa de la caja dorada en la que el poeta introdujo su legado, como hicieron antes que él otros artistas como la coreógrafa cubana Alicia Alonso y los también Premios Cervantes españoles Francisco Ayala y Antonio Gamoneda, cuyos legados están situados debajo de su caja.
«El Instituto Cervantes recibe su legado, que cede para las generaciones futuras», declaró su directora, Carmen Caffarel, que añadió que la institución «aspira a atesorar la memoria artística y literaria».
En las más de 1.800 cajas de seguridad de la «Caja de las Letras» estarán los textos, documentos y objetos que vayan dejando significativos representantes de las artes y las ciencias.
«Juan Gelman es uno de los poetas vivos más importantes de nuestra lengua», afirmó Caffarel, que anunció que la biblioteca del Instituto Cervantes de Viena llevará a partir de ahora el nombre del poeta.
Después de recordar lo que ha sufrido el poeta con su exilio, la muerte de su hijo a manos de la dictadura argentina (1976-1983) y la desaparición de su nuera y nieta, a la que recuperó en 2000, Caffarel aseguró que Gelman convierte «la memoria, el dolor, la muerte y el amor en materia poética».
Macarena, su nieta desparecida y recuperada, estuvo junto a Gelman en este acto, al que también acompañaron su esposa, Mara La Madrid, y sus otros tres nietos, Jorge, Andrea e Iván, y Paola, hija de Mara La Madrid.
Tras encerrar su legado en la caja fuerte, Caffarel le entregó a Gelman una llave simbólica y un diploma acreditativo del acto, mientras el poeta firmó en el libro de honor de la entidad.
El poeta y flamante Premio Cervantes 2007 se mostró emocionado y alegre durante el acto, en el que leyó el poema «Eco», un elogio del género poético perteneciente a su último libro, «Mundar».
Este mismo libro fue elegido por el presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, para regalárselo a sus ministros, indicó ayer la vicepresidenta primera del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, quien transmitió en conferencia de prensa la felicitación del Ejecutivo al poeta por su Premio Cervantes.
La entrega de su legado puso fin a una intensa semana en Madrid para el poeta argentino, durante la cual, además de recibir el Premio Cervantes, abrió el miércoles la lectura ininterrumpida del «Quijote» en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y participó en diversos coloquios y actos.