El gigante ruso del gas, Gazprom, se impuso en la crisis política entre Rusia y Georgia al exigir un aumento de más del 100% en las tarifas de suministro a Tiflis para 2007, mientras el canciller georgiano, Guela Bejuachvili, regresaba con las manos vacías de su visita a Moscú.
Gazprom presentó a Georgia una oferta de entrega de gas a 230 dólares los 1.000 m3, contra el precio actual de 110 dólares.
«Es una primera propuesta, va a ser negociada», dijo a la AFP Denis Ignatiev, del servicio de prensa de Gazprom.
La oferta tuvo lugar en momentos en que el jefe de la diplomacia georgiana se encontraba en Moscú para la primera reunión con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, desde el comienzo de una grave crisis diplomática hace un mes.
Bejuachvili se reunió con Lavrov el miércoles, pero los detalles del encuentro son mantenidos en secreto.
Tras la breve detención de cuatro oficiales rusos acusados de espionaje a fines de septiembre en Georgia, Moscú adoptó severas sanciones contra Tiflis, incluida la suspensión de sus lazos aéreos, terrestres y marítimos con Georgia. Centenares de georgianos detenidos en Rusia en situación ilegal fueron deportados.
Bejuachvili advirtió que Tiflis podría utilizar su derecho de veto en las negociaciones de Moscú para entrar a la Organización Mundial de Comercio (OMC) y estimó que la oferta de Gazprom se «apoya en la política y no en la economía».
«Debemos observar de dónde sale este precio, es el mismo precio que para los países de Europa del este. Pero como Georgia está más cerca de Rusia, el precio del tránsito del gas no debería ser tan elevado», subrayó el ministro a la televisión georgiana Rustavi 2, desde Moscú.
Los precios del gas aumentan en principio según la distancia a la cual se encuentra el país de destino de Rusia.
Pero se sospecha que Gazprom adapta sus tarifas en función de las relaciones políticas de Rusia con sus países clientes. Bielorrusia y Armenia, por ejemplo, se benefician de tarifas más moderadas.
El alza de los precios del gas entregado a Georgia se justifica por «el alza de los precios mundiales de los hidrocarburos», aseguró Ignatiev.
Georgia, fuertemente dependiente de las importaciones de gas ruso, debe recibir este año 1.400 millones de m3 de Gazprom, precisó.
Bejuachvili dijo haber recibido garantías de Moscú de que «el gas y la electricidad no serán cortados» este invierno boreal, pero las negociaciones se anuncian arduas.
La construcción del gasoducto Baku-Erzerum, que une Azerbaiyán con Turquía a través de Georgia, y que debe ser culminado en diciembre, podría proveer a Georgia parte del suministro de gas pero no todo, precisó el ministro a la radio Echo de Moscú.
Desde 2005, Gazprom cortó brevemente sus suministros de gas a Ucrania tras un conflicto sobre los precios, desencadenando pánico en los países europeos.
Georgia, que a diferencia de Ucrania no es un país de tránsito mayor para el gas ruso, se vio privado de gas y electricidad de Rusia durante más de una semana en enero pasado, en plena ola de frío.
Dos explosiones cuyo origen aún se desconoce -según Tiflis, un sabotaje ruso- dañaron el gasoducto que suministra a Georgia la casi totalidad de su gas. Otra explosión dañó la principal línea eléctrica proveniente de Rusia.