Irak vive una situación «muy difícil», declaró el viernes el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, de visita en este país, aunque aseguró que «las cosas avanzan en la dirección correcta» tras lograrse un acuerdo con los iraquíes para restaurar la seguridad en Bagdad.
Con el ruido de fondo de disparos de armas de fuego y el rugido de los aviones estadounidenses en el cuartel militar de «Camp Victory», Gates anunció que Estados Unidos e Irak lograron un «amplio acuerdo estratégico» sobre cómo restaurar la seguridad en Bagdad, y que generales de ambos países trabajarán en los detalles del plan.
«Esta es una situación muy difícil», dijo Gates. «Pero basado en lo que he escuchado y visto de los comandantes estadounidenses y los iraquíes, creo que las cosas están avanzando en la dirección correcta», afirmó.
Gates precisó que los iraquíes habían presentado planes concretos para restaurar la seguridad, pero no dio detalles. Tampoco indicó si un aumento de las tropas estadounidenses en Irak forma parte del plan.
«Poner carne en esos huesos es exactamente lo que el general Casey y su equipo estarán haciendo en los días venideros», dijo Gates en referencia al general George Casey, el comandante estadounidense en Irak.
Gates, que se reunió ayer con el primer ministro iraquí Nuri al Maliki y con sus ministros de Defensa e Interior, dijo que quedó impresionado con su sofisticada comprensión de los problemas que enfrenta el país y con sus ganas de asumir la responsabilidad y el control de la situación.
«Hemos hablado con los iraquíes sobre el mejor camino a seguir en términos de mejorar la seguridad aquí en Bagdad. Y creo que tenemos un amplio acuerdo estratégico entre el ejército iraquí y el gobierno iraquí y nuestro ejército», indicó.
«Claramente, se necesitan más reuniones en Washington y recomendaciones más específicas», sostuvo.
«Estoy bastante confiado en lo que escuché esta semana de los iraquíes y sus planes (…) Juntos, con ellos a la cabeza, podremos mejorar la situación de seguridad aquí en Bagdad», insistió.
Gates ha dialogado sobre un posible aumento de las tropas estadounidenses en Irak con los comandantes estadounidenses, pero dijo que ayer no mencionó este tema en su reunión con Maliki.
«Lo que escuché de los iraquíes con los cuales hablé es la convicción de que tienen que tomar medidas enérgicas con todos quienes quiebren la ley y que ningún grupo queda exento de esto», respondió Gates al ser consultado sobre si el gobierno de Maliki se ha comprometido a enfrentar a las milicias chiítas responsables de las crecientes matanzas de civiles.
Más temprano, Gates conversó con consejeros militares estadounidenses sobre su experiencia en el adiestramiento de las tropas iraquíes, clave en el esfuerzo para acelerar la transferencia de la responsabilidad sobre temas de seguridad.
El cambio de énfasis de la presencia militar estadounidense en Irak de operaciones de combate al entrenamiento de las fuerzas iraquíes es una de las principales opciones antes de que el presidente George W. Bush considere un cambio de rumbo en el país que invadió en marzo de 2003.
Una comisión estadounidense de alto nivel que revisó la estrategia en Irak recomendó la retirada de la mayor parte de los 140 mil militares norteamericanos desplegados aquí antes de principios de 2008, tras aplicar un mayor énfasis al entrenamiento y al asesoramiento de los iraquíes.
Gates era miembro de esta comisión pero se retiró de la misma tras ser designado por la Casa Blanca para reemplazar a Donald Rumsfeld como jefe del Pentágono.