Las consecuencias del gasto público desmedido de los países y su creciente endeudamiento están envolviendo al mundo en una nueva recesión. Es cierto, Estados Unidos ya tomó medidas, aumentar su nivel permitido de endeudamiento y, Europa también, ayudar con dinero proveniente de los impuestos de ciudadanos de otros países, a aquellos que fueron irresponsables en sus gastos.
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Esto es semejante a que un vecino suyo empezara a gastar dinero a manos llenas, por supuesto más dinero del que recibe, en hacerle ampliaciones y modificaciones a su vivienda, la pintara, comprara muebles nuevos, le pagara altísimos sueldos a sus trabajadores, etc. Lógicamente llegará el día en el cual se verá ahogado por una deuda que ya no puede cubrir y se declara en bancarrota. Entonces la junta directiva de la colonia o el condominio, donde usted y su vecino viven, decide que del dinero recaudado por motivos de mantenimiento, el cual usted paga con gran esfuerzo cada mes, será utilizado para ayudar a su vecino para que salga de sus deudas, pero eso sí, que se quede con todo lo que compró y mantenga su mismo nivel de vida. ¿Le parecería justo eso?
Por supuesto que no, pero eso exactamente es lo que está sucediendo en el mundo en el cual todos, estamos pagando las consecuencias de esas pésimas decisiones.
En las empresas también puede suceder algo similar y es que aunque funcionan como un todo, muchas veces se sacrifican inversiones en algunos departamentos que las necesitan, por priorizar otros con gastos desmedidos que no aportan proporcionalmente a la productividad y rentabilidad de la organización. Otra forma de que esto suceda es cuando las empresas tienen varios productos en el mercado y por no realizar un análisis financiero adecuado, unos productos están aportando para cubrir los costos de otros menos efectivos dando la falsa sensación de buenos márgenes de utilidades, pero lo que están haciendo realmente es disminuir dichos márgenes.
En la vida personal se replican estos fenómenos, cuando se priorizan gastos que no aportan al desarrollo de las finanzas, por ejemplo, pagar altos alquileres de vivienda, compra de carros de lujo, por los que se pagan cuotas muy altas, o simplemente éste es un dinero que en lugar de producir ganancias, se deprecia conforme pasa el tiempo, gastos desmedidos en comidas fuera del hogar, compra de productos en supermercados caros, etc.
Vemos que el manejo de las finanzas es similar a todo nivel, guardando sus respectivas características y distancias por supuesto, pero debe hacerse con prudencia y sobre todo de manera estratégica con objetivos claros y bien definidos. Recuerde, los ganadores dan resultados, los perdedores dan explicaciones. Sea efectivo. í‰xito en todo.
*Asesor en efectividad y alto desempeño