Los estadounidenses aumentaron sus gastos en agosto aunque sus ingresos apenas subieron, pero el incremento de las erogaciones respondió en gran parte al mayor precio de la gasolina, lo que pudo haberlos obligado a recortar sus egresos en otros rubros.
El Departamento de Comercio dijo ayer que el gasto del consumidor aumentó 0,5% en agosto en comparación con julio, su mayor incremento desde febrero.
Los precios de la gasolina subieron casi 50 centavos por galón en julio y agosto, pero desde entonces se han estabilizado. Si se excluye el impacto del alza del combustible y de otros productos, el gasto del consumidor subió apenas 0,1% el mes pasado.
El ingreso también creció apenas 0,1%, pero si en los cálculos se excluye el impacto de la inflación y los impuestos, en realidad cayó el 0,3%, su peor desempeño desde noviembre.
El alza en los precios y un crecimiento más lento en los ingresos obligaron a los estadounidenses a ahorrar menos.
«Los datos de ingreso y gasto personales de Estados Unidos para agosto son peores que lo que señalan las cifras globales e indican que el lento crecimiento del empleo está afectando los ingresos», dijo Paul Dales, analista de la firma Capital Economics. El aumento «se debió en gran parte al gasto adicional causado por el aumento de los precios de la gasolina».
El alto desempleo y el débil crecimiento de los salarios han frenado el gasto de los estadounidenses, lo que a su vez ha limitado el crecimiento de la economía. El gasto del consumidor representa casi el 70% de la actividad económica del país.
«El gasto y los ingresos de las familias estadounidenses siguen débiles, lo que indica que persiste un crecimiento mediocre», dijo Sal Gautieri, economista de BMO Capital Markets.