No sólo facilita la utilización, también resulta cómodo, más higiénico dicho funcionamiento para las labores domésticas, en tanto exista el conveniente y adecuado mantenimiento de la estufa; sin desestimar tampoco el concerniente al cilindro que contiene el gas propano.

Una mirada retrospectiva retrae a la mente aquellas ya lejanas etapas cuando los materiales naturales constituí­an la base atinente al combustible de las cocinas. En primer término leña de encino preferentemente y años después se acudió al carbón, que empezó a generar cierta comodidad.

Pero como no todo el monte es de orégano, viene a cuento referirnos del mismo modo a las desventajas devenidas del gas licuado, con mayor énfasis en los actuales momentos. Las empresas prestatarias del servicio distan de cumplir, visto está, de satisfacer los requisitos obligados.

Olvidan su responsabilidad ante los usuarios, que hoy en dí­a se cuentan al por mayor en el área metropolitana y el interior de nuestro paí­s. Prestar uno de los más importantes cuidados a efecto que los cilindros en mal estado representen una verdadera bomba de tiempo en las viviendas.

De consiguiente deben ser retirados al término de la distancia, por cuanto al aplicársele el rigor de la ley y su reglamento, tiene que deducí­rseles las responsabilidades del caso. Entre ellas las penas de orden legal, en la práctica el resarcimiento a las ví­ctimas del estallido de los cilindros.

Otros aspectos por demás merecedores de prioridad uno conciernen en los precios de los diversos cilindros que mantienen tarifas invariables desde largo tiempo, a ciencia y paciencia de las autoridades del ramo. El de 25 lbs. lleva meses de meses costando Q.95.00, después que era de Q.45.00. Inclusive circulan cilindros en pésimo estado provenientes de El Salvador.