Garantizar la alimentación es un tema central


El 16 de octubre se conmemora el Dí­a Mundial de la Alimentación. La fecha llega en un momento en el que hablar de la forma cómo garantizar mecanismos para que en el paí­s no exista desabastecimiento de alimentos, es un tema que está bastante presente en la opinión pública.

Juan Pablo Ozaeta

De manera que abordar esta temática, no puede dejarse fuera algunas causas estructurales que amenazado el abastecimiento de alimento en el paí­s.

En primer lugar, el último censo agropecuario demostró que la distribución de la tierra es injusta. Un 2% del sector agrí­cola industrial-comercial concentra un 57% de la superficie cultivada del paí­s, mientras que el 45% de productores de infrasubsistencia utiliza únicamente el 3% de la tierra cultivable.

Pese a esa desigualdad, se aprueba en 2005 el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana, y Estados Unidos, conocido por sus siglas en inglés: DR-CAFTA, el cual amenaza con impactar a los pequeños productores.

La situación actual es que el crecimiento de las importaciones de granos básicos y el desmantelamiento del Sistema Público Agropecuario han desincentivo la producción campesina alimentaria. De manera, que ahora existe una dependencia a las importaciones de granos básicos.

En 1985, el 98% de la oferta de arroz del paí­s se obtení­a a través de la producción nacional, mientras en 2007 un 85% de la oferta de arroz es importado. Igualmente, un 100% de la oferta nacional de trigo es importada.

En 1985 se producí­a el 39% de la oferta de trigo del paí­s, en 2007 se depende en un 100% de las importaciones de este grano para satisfacer la oferta.

En 1995 el volumen de importación de maí­z amarillo fue de TM 174,438 -proveniente en un 100% de EE.UU. Para el año 2007, estas importaciones llegaron a TM 641,780 (en su mayorí­a con contingente DR-CAFTA y OMC), y representan un 72% del total de la oferta nacional.

En 2008 se manifestó un alza de los precios internacionales de los granos básicos. En Guatemala, en tres años los granos básicos y sus derivados incrementaron su precio en más de 50%.

Sumado a la crisis económica, se estima que los motivos del encarecimiento de los alimentos se vincula con la dependencia de las importaciones, y a la falta de regulación sobre estos incrementos.

Tanto los comercializadores, como los importadores se han aprovechado de estas coyunturas. Los primeros, manteniendo los precios altos aunque en el mercado internacional hayan descendido. Y los importadores de granos básicos, que son oligopolios y monopolios, han capturado los contingentes de importaciones libres de arancel, sin trasladar ese beneficio fiscal al consumidor.

De manera que estas prácticas anti-competitivas limitan la posibilidad de tener precios más accesibles de los alimentos.

Pese a esta realidad, el fomento de la producción campesina sigue siendo una oportunidad, no sólo para el desarrollo de las comunidades más postergadas en su desarrollo, sino que también es una oportunidad para hacer frente a los efectos de la crisis del modelo económico neoliberal, que impacta en toda la población guatemalteca, pues ayudan a garantizar el acceso a los alimentos básicos de la población guatemalteca.

Sin embargo, esto sólo será posible hasta que el Estado tome la determinación de implementar polí­ticas que verdaderamente resuelven los problemas de las y los campesinos.