Gael García Bernal siente el sufrimiento de Chile


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Gael García Bernal, famoso por su papel como un joven «Che» Guevara en «Diarios de Motocicleta», dijo que su más reciente película le ha enseñado mucho sobre el dolor que sufrieron los chilenos durante la larga dictadura del país.

Por LUIS ANDRES HENAO SANTIAGO DE CHILE / Agencia AP

El actor mexicano protagoniza «No», cinta que retrata una campaña publicitaria que ayudó a derrocar del poder al dictador Augusto Pinochet tras 16 años de régimen autoritario.

García Bernal interpreta a René Saavedra, un ejecutivo publicitario que queda en medio del referendo de televisión de 1988 y trata de convencer a la gente de votar «no» a ocho años más de Pinochet. Su personaje usa comerciales con canciones pegajosas, dibujos de arco iris y bailes, así como chilenos sonrientes, incluyendo ganaderos, amas de casa, cocineros y mineros, para venderles la idea de que un cambio positivo puede terminar con el régimen.

La campaña publicitaria funcionó cuando Pinochet, que alguna vez se comparó con los emperadores romanos, fue retirado del poder por un voto de 55% por «no». Su salida facilitó el regreso del país a la democracia y más de 20 años de prosperidad económica.

García Bernal dijo que creció a lado de exiliados latinoamericanos, pero que nunca logró comprender su sufrimiento hasta que filmó la película sobre el referendo en Chile.

«Esto me hizo dar cuenta del profundo dolor que causo la dictadura y es algo que me impacto bastante», dijo ayer Gael García Bernal antes de estreno de la película en Santiago. «El director quería hacer una historia sobre la situación reciente de lo que sucedió en el 88, pero aparte hacer una introspección y reflexión en torno a la democracia.»

Chile sigue muy dividido en torno a la dictadura de Pinochet. La simple mención de su nombre hace avergonzarse a muchos cuando recuerdan cuando disolvió al congreso, declaró ilegales a los partidos políticos y envió a miles de disidentes al exilio, mientras que su Policía torturaba y mataba a miles más.

Sin embargo, para sus simpatizantes, Pinochet sigue siendo una figura paternal que supervisó el crecimiento de Chile hacia la prosperidad económica y evitó que se convirtiera en un estado socialista fallido. El gobierno de Chile estima que 3.095 personas murieron durante la dictadura de Pinochet.

«Antes de esta campaña no se podía hablar porque todo era controlado, así que cuando dieron la oportunidad la primera reacción era decir: ‘Digámosle a todo el mundo todo lo malo que es Pinochet, la cantidad de atrocidades que ha hecho y la gente que ha muerto’, pero los creativos de la campaña dijeron: ‘No, vamos a sacar a Pinochet y la manera de sacarlo es transmitir algo positivo»’, dijo a AP el director chileno Pablo Larraín.

«Le dijeron a la gente: ‘Señores, la alegría ya viene’ y ese giro permitió hacer que la dictadura no supiera cómo reaccionar, los descolocó a todos y se armó una campaña muy original que terminó finalmente derrotando a Pinochet.»