Gabriel Woltke y su Art Of Fiction de Vací­os Paralelos


Lester Oliveros

Una foto en blanco y negro al final del libro. La cédula. Datos personales. Foto seguramente para su primera identificación de vecino de la ciudad de Guatemala. Traje, corbata, la seriedad del caso. Gabriel Antonio Padilla Woltke, es el autor de este libro que tengo en la mano, publicado por la editorial Catafixia. El Bar Central es una mina de vidrio, mesas, sillas y el mejor ambiente del centro, según me asegura un asiduo visitante. Por la tarde, se veí­a gente apresurada pasando sin percatarse de la viva arquitectura congelada en dos épocas, como si fueran puntos paralelos de dos dimensiones frente a frente. Por un lado, las nubes blancas del antiguo edificio de Guatel donde por las noches se refleja el Ex -Céntrico en neón con todo su tiempo presente. Lo veo desde acá.


Me habí­a comunicado con Woltke sólo por Facebook, y me interesó hacerle una entrevista por la publicación de su libro Vací­os Paralelos. Woltke es moreno, con unas profundas ojeras en los ojos, que ha logrado gracias a la única forma en la que puede escribir, por computadora y de noche. Le digo, antes de empezar, que la entrevista es más bien una conversación relajada. Estamos sentados acá en una de las salitas fuera del bar, y me da oportunidad para encender un cigarro, mientras planifico las preguntas. No sé nada de Woltke. A lo mucho recuerdo haberlo visto parado en una esquina esperando un bus en la novena avenida. Un saludo rápido en el pasaje. Pero leí­ el libro. Logra un dialogo entre el tiempo presente y pasado, con realidades alternas y casi a punto de ser tan imprecisas que podrí­a colapsar el futuro. Watchmen es el hilo conductor, con frases del Dr. Manhattan, personaje de la novela gráfica escrita por Alan Moore, dibujada por Dave Gibbons y publicada por DC Comics entre 1986 y 1987 (no es un simple comic, eso se los puedo asegurar). Mientras transcribo estas palabras, veo la pelí­cula. Las frases del Dr. Manhattan están presentes en idioma ingles y cursiva, quizás abriendo un agujero de gusano a esa cuarta dimensión que podrí­a ser un tiempo vacio y paralelo donde habita un solo vigilante. Uno mismo.

Lo válido como todas las veces, son las tres cuartas partes que sostienen la parte pequeña que miramos del iceberg. Hijo de madre soltera, buscando su voz a través de una familia católica, en una de las ciudades más violentas del mundo, pasando por una posible identificación en una banda de rock, generación de la crisis de la moral y los valores de cabeza, aún así­ Woltke trabaja un universo personal, a solas, en la invisibilidad; posibles analogí­as con la serie Alan Moore, la búsqueda personal, «ahora la mitad de lo que soy es lo que escribo», me dice. Aún no anochece. Un reloj sigue trabajando armónicamente en la catedral, a unas cuadras del bar. Le pregunto sobre su blog y me doy cuenta que Woltke es todo un personaje, un drogo confeso que no se ha drogado nunca. Anoto todo rápidamente mientras me habla.

– Lester Oliveros: ¿Cuándo fue la primera vez que tuviste conciencia de que estabas escribiendo poesí­a?

– Gabriel Woltke: Después de leer una entrevista a Wingston González, escribí­ algo que me pareció mi primer texto, era Batallas bajo tus pies y algunos otros poemas que aparecieron en el primer blog.

– LO: ¿Dónde hiciste tu primera lectura?

– GW: En la Casa Cervantes, era un Dí­a de la Poesí­a jajaja, allí­ conocí­ a casi toda la mara que me ayudó a moverme en esto, Mills, Méndez Salinas, Payeras…

Me cuenta brevemente que la literatura, en un principio le parecí­a aburrida. Aprenderse de memoria a Ruben Darí­o en la primaria, recitar por algunos puntos en el aula, por obligación, le quitaba completamente la poesí­a. Gabriel, culpa al sistema educativo. Luego encontró a los hombres X, como les llama: Méndez, Serrano y Pedroza, y revaloró el trabajo literario, todo se desencadeno luego de su graduación.

-LO: ¿Cómo fue que concebiste Vací­os Paralelos (Un hombre que no existe)?

– GW: Precisamente estaba en Antigua cuando vi Watchmen, me gusto el comic, la novela gráfica, y la onda se fue expandiendo, dándome vueltas en la mente, lo recuerdo bien, que salí­ al patio a pensar en eso… luego de ver la pelí­cula, y así­ nace la idea parcial del libro, esa tarde imaginé la estructura.

-LO: Me imagino que te pusiste a escribir algo esa misma noche.

– GW: No… pasó más o menos un mes después que escribí­ una versión concentrada, era un poema de tres páginas.

-LO: Tiene frases, o epí­grafes en inglés.

-GW: Mirá, yo no sé ingles, así­ que le pedí­ favor a mi novia que me tradujera las frases que iban a integrar el libro, aunque no domino el idioma sabí­a que era necesario mantener lo más í­ntegro posible al Dr. Manhattan.

-LO: ¿Cómo se llama tu novia? No le importará salir en la entrevista.

-GW: jajaja no hay problema, Monimoni.

-LO: Entonces tu novia trabajó con vos el libro, imagino que mantienen un diálogo mientras vas escribiendo.

-GW: Si, las referencias a pintura, geometrí­a, la proporción áurea también son crédito de ella.

-LO: ¿Y… haces el libro en esa estructura que imaginaste?

-GW: Sí­ casi nada sale improvisado, tení­a concebida de antemano la extensión de cada parte del libro y el tema a abordar en cada párrafo, incluso escuchar cierta música al momento de escribir era parte de lo que buscaba lograr …y como de costumbre todo se escribió de noche, no puedo hacerlo por más que quiera de dí­a.

-LO: Curioso. Como eso que me contabas antes de tu primer libro, que tuviste que volverlo a escribir cuando tuviste que formatear el disco duro de la computadora.

-GW: Si, lo escribí­ 3 veces, mi computadora tronaba y tronaba al final creo que ayudó en algo tanta reescritura.

-LO: ¿Cómo es eso que escribí­s sólo de noche?

-GW: Me acostumbre, solo de noche escribo, en casa es el único momento para escribir tranquilo. Cuando no tengo computadora, como ahora, me resulta imposible escribir a mano, mejor me dedico a leer. Además no escribo a diario, escribo por temporadas…, por lo regular termino de leer algún libro y escribo durante un mes, luego dejo de hacerlo por un buen tiempo hasta que se repite el proceso.

-LO: ¿Y como fue la estructura final de Vacios Paralelos?

-WG: Lo tení­a claro, tres partes, de tres páginas tamaño carta, y la última de tres páginas y media.

Adentro del bar, se empezaba a oí­r Even Flow de Pearl Jam, entraban clientes conocidos, asiduos bohemios que se iban oyendo más alegres; la noche afuera corrigiendo el tiempo de los relojes, las minúsculas agujas de cientos de engranajes sincronizados, minutos más o menos paralelos, quizás segundo a segundo acercándose a ese flow final donde las máquinas, afuera, imaginaban el caos de la humanidad. Carmen

Lucia Alvarado apareció como teletransportada a través de las avenidas «sólo quiero sentarme un rato mucha, sigan», dijo, después de saludar, y se apertrecho a leer en un sofá. Afuera la noche.

-GW: Mi primer libro lo pensé para escribirlo en doce noches, y el último capí­tulo, levantarme al amanecer para terminarlo.

-LO: ¿En este libro alcance a percibir tu gusto por la nada, que pansas de eso?

-GW: A mi mismo me pasa mucho, a veces siento que estoy completamente en otra parte o en ningún lado. Pero la nada como nada no existe, ya es con sólo nombrarla, lo único que podes hacer como individuo es establecer para quien queres existir y para quién no.

-LO: ¿Podrí­a servir de algo escribir en este siglo en Guatemala?

-GW: La literatura primero te sirve a vos y quizá con eso basta.

-LO: ¿Crees en Dios todaví­a?

GW: No lo perdes nunca, esta ahí­ ese algo, siempre vas a necesitar de creer en un dios, o fuerza o energí­a o algo. No creo que exista una religión más barroca que la católica, su simbolismo, los rituales, talvez por haber crecido católico esa es la imagen de dios que aún conservo. Y por decirte algo, dios podrí­a ser, dentro del libro, el Dr. Manhattan.

-LO: ¿Qué libro estas leyendo ahora?

-GW: Bueno, leo El Placer de Corresponder. Correspondencia variada, de Cardoza, Brañas, Meany y otros embajadores en época de la Revolución.

-LO: ¿Cómo miras el ambiente literario en Guatemala?

-GW: …como dicen los polí­ticos cuando no quieren meterse en problemas «no entendí­ su pregunta» (risas), a través de editoriales te vas a dar cuenta de que no estamos tan mal, hablo de los Mí­nimos de Serrano; de Vueltegato Ediciones de Bromo; Catafixia de Carmen y Luis Méndez Salinas, Ediciones Palo de Hormigo, y otras, soy demasiado nuevo o joven en esto para decirte como estamos en relación al pasado, pero creo vamos en buen camino.

-LO: ¿Qué pensas del aburrimiento?

-GW: Es necesario.

-LO: ¿La rutina?

-GW: Te puede absorber.

-LO: ¿2012?

-GW: …mala la pelí­cula. (risas)

-LO: ¿El Cielo y el Infierno?

-GW: …podes confundirlos, lo que para mi es el cielo, para otros podrí­a ser el infierno.

-LO: ¿Cómo imaginas un libro tuyo en el futuro?

-GW: Dos versiones imagino. La primera son todos mis libros juntos y que cada uno sea un capitulo. La segunda, seria un documento monstruoso que fuera casi imposible de leer.

-LO: Como pregunta final, ¿qué pensas, el dinero puede ayudar a un escritor a crear?

-GW: La única forma en la que creo que el dinero puede ayudar a crear, es en tener la comodidad para realmente quedarse en casa sólo a escribir, aunque ni así­. La comodidad tampoco ayuda mucho que digamos, ahora con lo de motivación exterior…sólo que fueras a cazar premios por todos lados, tu prioridad serí­a ganar y muy difí­cilmente hacer un buen trabajo.

Como en un espejo gigante y cóncavo, otro Gabriel Woltke, otro entrevistador, y el Dr. Manhattan observan como todo vuelve al principio a voluntad. Me veo entrando al bar y saludo a Gabriel en una mesa, saludo a Mauro y Andrea, subo corriendo las gradas hacia la galerí­a y todo desaparece.