G8 – 2013 Contra la violencia sexual


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Un compromiso que deben asumir todos los gobiernos contra los violadores en cualquier país del mundo, en guerra o no por el daño que causa a la persona y a la sociedad.

Una vez más luego de 38 años se realizó la Cumbre anual de líderes G8 que reúne a los representantes de los países más poderosos, para discutir y “analizar el estado de la política y las economías internacionales e intentar unificar posiciones respecto a las decisiones que se toman en torno al sistema económico y político mundial” (La Hora. 12.4.2013)

Edith González


Esta 39 reunión realizada en Londres presentó una singularidad al brindar la palabra a una mujer, una actriz, pero sobre todo una defensora de los derechos humanos, Angelina Jolie, quien expresó la apremiante necesidad de detener la violencia sexual en conflictos militares.

Y es que la violencia sexual ha sido usada como un arma de guerra, para desquebrajar la unidad del enemigo, siendo el blanco de la misma las mujeres que al quedar embarazadas trasladan el estigma a los hijos, que crecen como parias y muchas veces son hasta expulsados de sus propias comunidades y familias.

El uso de la fuerza para someter al más débil no solo no es nuevo en la guerra sino es parte de ella, pero cuando esa fuerza se ejerce como una violencia sexual que mina la dignidad de la persona, que desgarra su cuerpo y deteriora su espíritu, la cosa no anda bien.

No es nuevo el uso de la fuerza y la violencia sexual para reducir al enemigo, dejándole una parte del conquistador para que permanezca con él, sometido al tiempo, que se degrada, especialmente a las mujeres, porque es preciso recordar que la violación no es más que demostrar fuerza, dominio y poder sobre el violentado.

Aprovechando la reunión que llama a la prensa internacional a poner los ojos y oídos en lo que se dice y hace, Jolie “se unió al secretario británico de relaciones extranjeras William Hague para anunciar 36 millones de dólares en fondos adicionales de las naciones del G8 para una serie de medidas que buscan prevenir la violencia sexual y asegurarle justicia a sus sobrevivientes” (idem). Además de atención y cuidados. Hague expresó que los miembros del G8 declararon que la “violación y violencia sexual en los países en conflictos constituye crímenes de guerra y quebrantamientos graves de las Convenciones de Ginebra, dándole a las naciones la responsabilidad de buscar y procesar a cualquier persona acusada de tales crímenes, comprometiéndose a realizar las investigaciones sobre violaciones y violencia sexual y asegurar que no haya amnistía para casos de violencia sexual en acuerdos de paz.