G7 proclive a desoí­r llamada de EE.UU.


La economí­a mundial recayó por la crisis subprime de Estados Unidos.

Los socios de Estados Unidos en el G7, convencidos de su buena salud económica, harán mañana probablemente caso omiso de sus llamamientos a medidas de reactivación mundial, pues consideran que le corresponde a Washington solucionar sus problemas domésticos.


Los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de los siete paí­ses más industrializados del mundo G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y Canadá) se reúnen mañana en Tokio.

Washington ya adelantó que aprovechará esta ocasión para pedir a los demás que estimulen su demanda interior con el fin de revitalizar la economí­a mundial, debilitada por las dificultades internas estadounidenses.

«Teniendo en cuenta el débil crecimiento actual de la demanda en Estados Unidos, es particularmente importante que las demás economí­as, grandes y pequeñas, avanzadas y emergentes, tomen medidas prudentes para reforzar el componente de la demanda» a nivel interno, afirmó el subsecretario del Tesoro norteamericano, David McCormick.

En su opinión «un crecimiento de la demanda más fuerte en el extranjero ayudarí­a a asegurar que la economí­a mundial sea a la vez robusta y más equilibrada».

Pero su llamamiento no tiene ninguna posibilidad de calar entre los restantes paí­ses del G7, empezando por Japón.

Golpeado por un déficit público abismal que heredó de los planes de reactivación aplicados durante la crisis nipona de los años 1990, Japón se lo pensará mucho antes de echar mano de la billetera.

«Aunque los riesgos sean más elevados, no veo ninguna necesidad de adoptar medidas de reactivación por el momento», declaró recientemente la ministra de Polí­tica Económica y Presupuestaria japonesa, Hiroko Ota.

«Estados Unidos, Europa y Japón tienen fundamentos económicos diferentes», insistió hoy el ministro de Finanzas, Fukushiro Nukaga.

La petición de Washington tampoco entusiasma a los europeos, aunque Alemania pareciera hoy dispuesta a moderar su posición.

«Queremos estar preparados y veremos si abrimos el distribuidor en función del estado de la economí­a alemana», declaró el ministro de Economí­a, Michael Glos, al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.

«En todas las partes del mundo, los gobiernos y los bancos centrales están dispuestos a hacer todo cuanto sea necesario para apoyar el crecimiento. Las acciones que se lleven a cabo en cada paí­s serán diferentes y dependerán de las condiciones económicas particulares», recalcó, por el contrario, su homólogo británico de Finanzas, Alistair Darling.

«Lo que es bueno para un paí­s no es forzosamente bueno para otro», agregó.

«Europa sigue en el camino del crecimiento y sus fundamentos económicos son sólidos», aseguró a la prensa japonesa el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.

Los responsables franceses también descartan la necesidad de aplicar un plan de reactivación.

Los miembros europeos del G7 se disponen más bien a pedir a Washington que asuma su responsabilidad en la crisis actual y le exigirán más cooperación para frenar la caí­da del dólar frente al euro.

«Frente a una crisis de origen estadounidense, que se propagó al conjunto de la economí­a internacional, lo que se plantea aquí­ es el tema de la cooperación» y la credibilidad de las reuniones como la del G7 «está en manos de los estadounidenses», afirmó el secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Jean-Pierre Jouyet.

Canadá también parece reacio a los planes de Estados Unidos.