G20 quiere mantener el esfuerzo


Ron Sherrer, trabajador de The Christian Science Monitor, trabaja en el centro David L. Lawrence, sede de la cumbre del G-20 en Pittsburgh, donde se reuniran los máximos lideres de las potencias mundiales para debatir acerca de las mejóras económicas.

FOTO LA HORA:  AFP / Paul J. RICHARDS» title=»Ron Sherrer, trabajador de The Christian Science Monitor, trabaja en el centro David L. Lawrence, sede de la cumbre del G-20 en Pittsburgh, donde se reuniran los máximos lideres de las potencias mundiales para debatir acerca de las mejóras económicas.

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<p>Los lí­deres mundiales intentarán demostrar en Pittsburgh (noreste de EE.UU.) que después de rescatar a los bancos y de estabilizar la economí­a son capaces de enfrentar los males que provocaron la crisis y de responder a los reclamos de millones de nuevos desocupados.</p>
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Activistas de la organización anti-globalización Attac usan máscaras representando de izquierda a derecha a la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente francés Nicolas Sarkozy y el presidente de EE.UU. Barac, Obama en ví­speras de la reunión del G-20.

FOTO LA HORA:  AFP / JACQUES DEMARTHON» title=»Activistas de la organización anti-globalización Attac usan máscaras representando de izquierda a derecha a la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente francés Nicolas Sarkozy y el presidente de EE.UU. Barac, Obama en ví­speras de la reunión del G-20.

FOTO LA HORA:  AFP / JACQUES DEMARTHON» style=»float: left;»  /></p>
<p>La cumbre del G20 de las principales economí­as industrializadas y emergentes, mañana y el viernes, será también una oportunidad para que el presidente Barack Obama, en su primera actuación como anfitrión de un gran acontecimiento internacional, demuestre que su prestigio mundial tiene efectos prácticos.</p>
<p>La crisis, que tuvo su paroxismo hace un año con la quiebra del gigante bancario Lehman Brothers, fue frenada con planes de rescate de billones de dólares gracias a los cuales Alemania, Francia, Japón y Brasil salieron de la recesión, en tanto que Estados Unidos y Gran Bretaña se aprestan a hacerlo.</p>
<p>Pero el impulso colectivo dado por las decisiones adoptadas en la última cumbre del G20, a inicios de abril en Londres, parece ahora disiparse, ante la menor presión de los indicadores económicos.</p>
<p>«El tema es saber si pueden haber medidas de más impacto esta vez; y creo que van a haber menos fuegos artificiales, lamentablemente», opinó Claudio Loser, ex jefe economista del Fondo Monetario Internacional (FMI).</p>
<p>Los debates se sitúan en una semana de discusiones en todos los frentes, que van desde la lucha contra el calentamiento climático -crucial para un nuevo modelo de desarrollo sustentable- hasta la atribución de más poder a los paí­ses emergentes en el FMI.</p>
<p>Pero la estabilidad y la supervisión financiera estarán en el centro de los debates en Pittsburgh, después de años de desregulación que desembocaron en el derrumbe de la economí­a mundial.</p>
<p>La estabilidad preocupa, porque se teme que un retiro prematuro de las intervenciones estatales ahogue la incipiente recuperación, pero que su mantenimiento prolongado sea una bomba de tiempo, a causa de los tremendos déficits que generan.</p>
<p>«La retirada de las medidas en apoyo de los bancos es el tema más complicado y delicado (…). Las autoridades no pueden retirar sus préstamos hasta que no estén completamente seguras de que el sistema está saneado de nuevo», explicó Uri Dadush, experto de la Fundación Carnegie.</p>
<p>La supervisión provoca desavenencias en torno a las medidas necesarias para evitar que se produzca un nuevo colapso como el actual.</p>
<p>La Comisión Europea parece lista, tras un sonoro fracaso en junio, para plantear una ambiciosa agenda para 2010, en la que habrí­a tres autoridades paneuropeas encargadas de los bancos, aseguradoras y mercados. Pero Gran Bretaña se opone.</p>
<p>Obama quiere algo parecido en Estados Unidos, pero más centralizado aún, en una sola autoridad. Sin embargo sus planes de reforma financiera se topan con la obstinada oposición republicana en el Congreso.</p>
<p>Las remuneraciones de los jefes ejecutivos en bancos y entidades financieras generan además, división entre estadounidenses y europeos.</p>
<p>El presidente francés Nicolas Sarkozy encabeza el grupo de lí­deres que quiere imponer lí­mites por ley a esas remuneraciones y ha amenazado con abandonar la reunión si no obtiene satisfacción a sus demandas.</p>
<p>La cumbre se abre además en un contexto de irritación china por la decisión estadounidense de imponer fuertes aranceles a la importación de neumáticos.</p>
<p>El G20 de Pittsburgh también intentará demostrar que sus preocupaciones no son sólo macroeconómicas.</p>
<p>El presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva denunció en ví­speras de la cumbre la primací­a de las finanzas sobre la economí­a real. «El sistema financiero debe existir para alentar el sistema productivo y no para vivir de la especulación sin fabricar un solo zapato», dijo en una entrevista con el canal francés TV5 y con Radio Francia Internacional.</p>
<p>Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los planes de rescate mundiales permitieron salvar once millones de empleos, lo cual no impide que el número de desempleados en el mundo pueda alcanzar en 2009 un nivel récord de 219 a 241 millones, es decir de 39 a 61 millones más que en 2007.</p>
<p>Varios grupos convocaron a manifestaciones en Pittsburgh, contra el cónclave de un puñado de responsables que no vieron venir la crisis y que ahora buscan resolverla.</p>
<p>La ciudad al borde de los rí­os Allegheny y Monongahela, en el estado de Pensilvania, movilizó a miles de miembros de fuerzas de seguridad e impuso severos controles en el aeropuerto, al tiempo que finalizaba de tender los vallados en torno al Centro de Convenciones donde se llevará a cabo la cumbre.</p>
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AGRUPACIONES Ricos y emergentes


El G20, que mañana y el viernes celebra en Pittsburgh (noreste de EE.UU.) su tercera cumbre en menos de un año, fue creado a fines de los años 90 como un foro de los principales paí­ses industrializados y emergentes, en respuesta a las crisis rusa y asiática.

Incluye a los miembros del G7, el club de los principales paí­ses desarrollados (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón), así­ como a Australia, a once paí­ses emergentes (Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Rusia, Sudáfrica y Turquí­a) y a la Unión Europea (UE).

La UE está representada por el paí­s que ocupa la presidencia rotativa, que actualmente es Suecia. España y Holanda asisten como invitados.

También participan en los trabajos del G20 el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

Según sus fundadores, el G20 representa el «90% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, 80% del comercio internacional (incluidos los intercambios al interior de la UE) y las dos terceras partes de la población mundial».

El G7 lanzó en 1999 la iniciativa de crear el G20: a raí­z de las crisis financieras que estallaron sucesivamente en Asia, Rusia y América Latina, el grupo de paí­ses ricos querí­a crear una instancia donde trabajar junto con las potencias emergentes para evitar esas turbulencias.

El G20 funciona también como un foro donde se examinan los temas del crecimiento, el comercio y la energí­a, así­ como asuntos monetarios y presupuestarios.

Al principio, el grupo se limitaba a celebrar reuniones anuales de sus ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales.

Pero adquirió un súbito protagonismo cuando sus jefes de Estado se reunieron a mediados de noviembre pasado en Washington, invitados por el entonces presidente estadounidense George W. Bush, para tratar la crisis financiera mundial.

En abril pasado en Londres, una nueva cumbre adoptó fuertes compromisos en materia de planes de reactivación, de aumento de recursos del FMI, de lucha contra los paraí­sos fiscales y de regulación financiera.

Este último punto es uno de los que se anuncian más controvertidos en Pittsburgh, dado que la exigencia de poner lí­mites a los sistemas de primas de los operadores bursátiles, impulsada por paí­ses europeos, choca con las reticencias de Estados Unidos y Gran Bretaña.

La cumbre de Pittsburgh será el primer evento internacional de magnitud en el que el presidente Barack Obama oficiará como anfitrión.