La clasificación de Inglaterra para el Mundial-2010, que llevará a miles de turistas ingleses a Sudáfrica y podría dar un gran impulso a la economía del país, pone en guardia a las autoridades, que desplegarán una gran movilización policial para contener a los hooligans.
Para Andre Malan, propietario de un restaurante en Pretoria situado al lado del estadio Loftus Versfeld, «tener a Inglaterra jugando aquí sería como si te tocara la lotería. Creo que a todo el mundo le gustaría tenerlos en su estadio, Inglaterra tiene muchísimos seguidores».