Fútbol sin atrapar a la élite mundial



Primero fue el mediocampista inglés David Beckham, después el técnico argentino José Pekerman y más tarde el entrenador alemán Jurgen Klinsmann, pero lo cierto es que el fútbol de Estados Unidos sigue sin cautivar a los grandes nombres de la élite mundial.

Beckham, quien en un momento llegó a decir que le gustarí­a terminar su carrera en un equipo de la MLS y recientemente hasta anunció la posibilidad de comprar al Galaxy de Los íngeles, parece haber renunciado a la idea.

El internacional inglés del Real Madrid podrí­a optar por un pase a Italia, donde conservarí­a la totalidad de sus derechos de imagen.

Fue pensando en la futura contratación de ’Becks’ y otros astros como el portugués Figo (Inter de Milán), que la MLS creó recientemente la regla del llamado ’Jugador Franquicia’.

Esa iniciativa permitirí­a a los clubes fichar a jugadores de renombre con contratos millonarios.

Después vino el batacazo de Klinsmann, quien el jueves se excluyó de la lista de candidatos al puesto de seleccionador de Estados Unidos que le ofrecí­a Sunil Gulati, presidente de la Federación del fútbol local (US Soccer).

Anteriormente, Pekerman -ex seleccionador de Argentina- habí­a declinado entrar en conversaciones al respecto.

Klinsmann, que reside en el sur de California, era el nombre más sonado para asumir el cargo dejado por Bruce Arena y guiar a la selección americana en el camino hacia el Mundial de Sudáfrica-2010.

«Sunil y yo hemos concluido nuestras conversaciones sobre el programa de la selección masculina de fútbol de Estados Unidos y le he pedido excluir mi nombre de la lista de candidatos a técnico», dijo Klinsmann, quien llevó a la selección de su paí­s al tercer lugar de la pasada Copa del Mundo.

Medios de prensa locales indicaron que el germano pedí­a absoluto poder para tomar decisiones con respecto a la selección y un millón de dólares más que los dos millones ofrecidos por Gulati como salario para el nuevo DT.

Arena, que estuvo siete años y medio al frente del elenco de las barras y las estrellas, ganaba 600 mil dólares al año más bonificaciones.

Personas cercanas a Klinsmann filtraron a la prensa que éste planteó contratar él mismo a sus auxiliares, a los que pagarí­a de su propio peculio.

«No voy a dar ahora detalles sobre esas conversaciones pero ciertamente le deseo la mejor suerte al próximo entrenador de la selección de Estados Unidos y también quiero agradecerle a Sunil por la oportunidad de intercambiar ideas», añadió Klinsmann, no sin cierto tono de ironí­a.

Según el diario La Opinión de Los Angeles, citando fuentes cercanas al alemán, «una oferta de Europa está tentando a Klinsmann y ésta parece más atractiva».

La negativa del teutón y lo cercano de varios compromisos internacionales, obligó a que Gulati sacara de su chistera, 24 horas después del desplante de Klinsmann, al hasta entonces ignorado Bob Bradley.

En todas las listas previas que Gulati habí­a dejado entrever, nunca figuró el nombre de Bradley, máximo ganador en la historia de la MLS con 124 victorias.

Daba la impresión de que luego del fracaso de Arena se querí­a traer a un estratega de otros lares para cambiar un poco la mentalidad de la selección local. Al menos eso es lo que pedí­an algunos jugadores como Claudio Reyna.

La solución tiene tintes de curita de mercurocromo pues Bradley asumirá el cargo interinamente.

Aunque Gulati se lo calló para no pecar de descortés, la permanencia del interino DT estará en dependencia de los resultados en los dos compromisos clave que tiene Estados Unidos para el 2007: la Copa de Oro de la Concacaf (6 al 24 de junio) y la Copa América de Venezuela (26 de junio al 15 de julio).

Antes tiene dos fogueos clave: un amistoso el 20 de enero ante Dinamarca, en California, y otro partido de preparación frente a México, el 7 de febrero en Phoenix.

Bradley tendrá que calafatear de urgencia para esos compromisos a una selección estadounidense que no juega desde que finalizó el Mundial de Alemania, y que en lo interno todaví­a adolece de las grietas que le hicieron naufragar bajo el mando de Arena.