El gobierno de Siria no retirará a sus fuerzas militares de ciudades y pueblos sumidos en la violencia antes de que la vida vuelva a la normalidad en esas áreas, advirtió el sábado un funcionario de alto rango mientras los activistas reportaron que nuevos enfrentamientos cobraron más vidas a lo largo del territorio sirio.
El comunicado de Jihad Makdessi, vocero del Ministerio del Exterior, representa la primera respuesta a una petición de Kofi Annan, enviado de Naciones Unidas y la Liga Arabe, que el viernes exhortó a las autoridades sirias a detener primero toda actividad militar, al ser «la parte más fuerte» y en un «gesto de buena voluntad».
Makdessi dijo a la televisora estatal que los soldados se encuentran en esas ciudades «en un estado de defensa propia y protección a civiles».
»El ejército sirio no está contento por estar presente en zonas residenciales», dijo Makdessi el viernes por la noche. «Una vez que la paz y la seguridad prevalezcan en esas áreas, el ejército no se quedará ni esperará a que Kofi Annan se vaya. Este es un asunto sirio».
El Observatorio sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, denunció que el bombardeo del gobierno en algunos vecindarios de Homs, ciudad en el centro del país, y en el poblado cercano de Talbiseh mató a dos civiles el sábado. Añadió que los cadáveres de cinco hombres, al parecer con huellas de tortura, fueron encontrados en la aldea noroccidental de Tahtaya.
Los disturbios en Siria iniciaron hace un año con protestas pacíficas en contra del régimen del presidente Bashar Assad. Ante una violenta campaña del gobierno, los levantamientos se han militarizado cada vez más y los grupos de la oposición ahora señalan que su única esperanza es derrocar a Assad.
Naciones Unidas ha calculado que más de 9.000 personas han muerto en los enfrentamientos.
La propuesta de seis puntos de Annan para poner fin a la violencia, que ha sido aceptada por Assad, requiere que el gobierno retire de inmediato sus fuerzas militares y armas pesadas de ciudades y poblados, y cumpla con un cese al fuego de dos horas durante los combates diarios para que permita el ingreso de ayuda humanitaria y evacuaciones médicas.
Muchos sirios se dicen frustrados ante la falta de voluntad para una intervención militar extranjera y se muestran profundamente escépticos de que Assad lleve a cabo en realidad el plan de paz de Annan, argumentando que el presidente sólo aceptó la propuesta para ganar tiempo mientras sus fuerzas mantienen una sangrienta campaña para aplastar a sus opositores.