«Fumar» caramelos


Una muestra de cómo funcionan los dulces que emulan a un cigarrillo, producido por la compañí­a Ce De Candy. FOTO LA HORA: AFP PAUL J. RICHARDS

La marca de caramelos estadounidense Ce De Candy está inmersa en una polémica tan embarazosa como involuntaria, debido a que entre los preadolescentes se ha puesto de moda triturar un Smartie y exhalar una nube de polvillo blanco para simular que fuman.


Dulces de la compañí­a Ce De Candy. FOTO LA HORA: AFP KAREN BLEIER

La nueva moda ha puesto la mirada en los Smarties, pequeñas pastillas ligeramente ácidas, de colores pastel, apiladas en un tubo de celofán, una golosina muy tradicional en Estados Unidos.

«Voy a mostrarles cómo fumar Smarties», dice un joven en uno de las decenas de videos con las instrucciones colgados en el popular sitio de internet YouTube.

«Primero, lo frotan y lo aplastan hasta que se haga polvo», indica el muchacho mientras tritura el paquetito durante dos minutos, frente a la cámara. «Hay que molerlo bien».

Luego, se coloca el tubito de caramelillos pulverizados en la boca, a modo de cigarrillo, y por un agujero del papel aspira con fuerza para luego exhalar una nube opaca por la boca o por la nariz.

«Oí­mos que adolescentes poco juiciosos toman nuestro producto, lo reducen a polvo y simulan que fuman un cigarrillo», lamentó la dirección del grupo en un comunicado.

«Nuestra empresa, que existe desde hace 60 años, deplora que se enví­e un mensaje negativo a los jóvenes con esta utilización de nuestro producto», añadió, asegurando que el asunto no ha tenido repercusión en sus ventas de Smarties.

Consultado por el periódico The Wall Street Journal, el vicepresidente de la empresa, Eric Ostrow, tildó de «idiota» la moda. «Podrí­a hacerse con cualquier cosa que contenga azúcar comprimido».

Los falsos fumadores no «encienden» el caramelo ni se tragan el polvo.

«No traguen el humo porque no sé lo que pasarí­a», afirma un joven aprendiz en un video, mientras otro se atraganta y tose.

En los liceos, los profesores se alarman. «Me he enterado que algunos de nuestros alumnos están implicados en algo que se llama «fumar Smarties»», denunció en un mensaje a los padres la directora de la escuela Hewitt-Trussville en Alabama (sur), Phyllis Faust.

«Consideramos esta práctica peligrosa, debido a los riesgos de ahogo (…) e informo que la posesión de estos caramelos en la escuela es una infracción» al reglamento, advirtió.

Pese a los riesgos de atorarse, el polvo del caramelo parece inofensivo. En el peor de los casos, terminará disolviéndose en la garganta o la nariz.

«De todos modos, creo que no es una buena idea», dijo al The New York Times un médico a cuya consulta llegó un niño de nueve años con las fosas nasales irritadas por practicar esta moda bautizada «Smoking Smarties» (fumar Smarties).