Fujimori se enfrenta a las urnas en Japón


Manifestación. Activistas sociales en Perú han insistido en la extradición del ex presidente Alberto Fujimori.

Autoproclamándose «el último samurai» y prometiendo «luchar hasta la muerte» por Japón, el ex presidente del Perú Alberto Fujimori intentará ser elegido el domingo senador japonés, en un último e insólito desafí­o a la justicia peruana.


Fujimori, que cumplirá 69 años la ví­spera de los comicios, ha sido fichado como candidato por el Nuevo Partido del Pueblo (NPP), una pequeña formación fundada en 2005 por disidentes del gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD).

No se conoce ningún precedente en el mundo de un ex jefe de Estado que haya competido en unas elecciones nacionales de otro paí­s.

Además, en el supuesto de ser elegido, Fujimori no podrá tomar posesión de su escaño, ya que sigue bajo arresto domiciliario en Chile a la espera de que la Corte Suprema decida si debe ser o no extraditado a Perú, donde se le reclama por corrupción y crí­menes de lesa humanidad.

Para mitigar su ausencia del paí­s durante la campaña electoral, abrió una página de internet en japonés (www.fujimori-kenya.net). Plagiando el tí­tulo de una reciente pelí­cula de Hollywood protagonizada por Tom Cruise, afirma ser «el último samurai», y detalla su programa en un ví­deo aparentemente grabado en el jardí­n de su lujosa residencia de las afueras de Santiago.

«Â¡Japón, patria de nuestros padres y de nuestras madres! ¡Lucharé hasta la muerte por el Japón de los samurais!» se exclama en japonés, con fuerte acento peruano.

La página también muestra ví­deos del entonces presidente Fujimori recibiendo al Emperador Akihito de Japón, y del asalto que puso fin a la toma de rehenes en la residencia del embajador nipón en Lima en abril de 1997.

La candidatura de Fujimori causó revuelo en Perú pero levantó escaso interés en Japón, donde el público se preocupa sobre todo de saber si el conservador e impopular primer ministro, Shinzo Abe, sobrevivirá polí­ticamente a los comicios.

El gran diario de centroizquierda Asahi Shimbun dijo que la candidatura de Fujimori era «difí­cil de tragar», y las organizaciones de defensa de los derechos humanos organizaron un acto de protesta. Pero en general, la aventura electoral nipona de «El Chino» tuvo poco impacto en los medios de comunicación locales.

Según las encuestas, el NPP goza de menos del 1% de las intenciones de voto. Dada la extrema complejidad del sistema electoral nipón, se ignoran las posibilidades reales de éxito de Fujimori, que pugna por uno de los 48 escaños que se renovarán mediante el sistema proporcional nacional (otros 73 lo serán mediante el escrutinio mayoritario en sendas circunscripciones).

El experto polí­tico e historiador nacionalista Hideaki Kase, amigo personal de Fujimori, afirmó a la AFP que sólo le bastarí­a con obtener unos 200.000 votos, en un paí­s que cuenta con unos 105 millones de electores. Otros analistas evalúan el número de votos necesario a aproximadamente un millón.

«Fujimori es popular», afirmó Kase, quien recordó que el ex mandatario pasó sus años de autoexilio en Japón (2000-2005) dando conferencias en todo el paí­s. «El pueblo japonés tiene una deuda hacia él desde que solucionó la crisis de los rehenes de la embajada. Mientras viva, no lo olvidaremos».

Si es elegido senador, Fujimori gozará durante los seis años de su mandato de la inmunidad parlamentaria, aunque en principio sólo le beneficiarí­a en Japón y de nada le servirí­a para evadir la justicia chilena o peruana.

Hasta el momento, el gobierno nipón ha rechazado pedir a Chile que autorice el regreso de Fujimori a Japón, como lo exige el NPP.

A pesar de ello, según un reciente sondeo, el 61% de los peruanos creen que existió interferencia de Tokio en el fallo del juez chileno que rechazó en primera instancia la extradición de Fujimori.

Fujimori sigue gozando en Japón con la admiración incondicional de muchos polí­ticos nacionalistas, entre los cuales el lí­der del NPP Shizuka Kamei.

«Fujimori es más japonés que muchos japoneses», alabó su amigo Hideaki Kase. «Es un gran trabajador, sabe enfrentarse a la dureza de la vida, es serio y frugal. Son valores perdidos en el Japón moderno. Fujimori nos recuerda a esos antiguos japoneses de antes de la segunda guerra mundial».