Fuerzas libanesas dispararon hoy sobre helicópteros sirios que violaron el espacio aéreo del país, la primera vez que lo hacen desde que comenzó el alzamiento popular en Siria hace tres años, informaron funcionarios de seguridad.
La medida deja entrever que Beirut intenta hacer valer el respeto a sus fronteras con la esperanza de impedir que el conflicto se extienda a Líbano, donde ya ha exacerbado las tensiones sectarias y ha generado ataques efectuados por grupos de procedencia oscura que han dejado decenas de muertos este año.
Por otro lado, un funcionario de las Naciones Unidas dijo que en los últimos cuatro meses 15 personas han muerto a causa de enfermedades vinculadas con el hambre en un área de Damasco que se encuentra bajo asedio.
Autoridades libanesas indicaron que el ejército disparó con armas antiaéreas a dos helicópteros sirios después de que éstos hubieran arrojado proyectiles en una zona montañosa y desértica cercana a la ciudad libanesa oriental de Arsal.
Aeronaves sirias han realizado ataques continuamente cerca de la frontera y en ocasiones sus proyectiles han llegado a Líbano. Beirut ha protestado, pero no había disparado contra ellos.
Las autoridades hicieron sus declaraciones bajo condición de permanecer en el anonimato pues no están autorizadas para hablar con los medios de comunicación.
Un funcionario militar libanés no pudo confirmar el reporte, pero dijo que el ejército tiene órdenes de disparar contra cualquier cosa —aviones, tanques o tropas— que violen el territorio libanés. El funcionario habló bajo condición de permanecer anónimo de acuerdo con las políticas de las fuerzas armadas.
El gobierno sirio no se pronunció al respecto del incidente.
Otros funcionarios dijeron que los sirios perseguían rebeldes que trataban de entrar al país. Las ciudades fronterizas de Líbano, dominadas por suníes, se han vuelto escondites de los rebeldes que combaten al presidente sirio Bashar Assad.
En Damasco, tres nuevas muertes relacionadas con el hambre son muestra de la táctica de Assad para dejar en la hambruna a las zonas controladas por los rebeldes.
El año pasado los insurgentes tomaron el distrito de Yarmuk controlado por los palestinos, parte de un intercambio de barrios en los alrededores de Damasco que ahora están en manos de la oposición.
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA por sus siglas en inglés) había enviado alimentos a la zona hasta hace poco , pero no lo ha podido hacer desde septiembre, dijo Chris Gunness, integrante de la organización. Al menos cinco personas murieron durante el fin de semana y otras 10 han perecido en los meses anteriores, señaló. Entre los muertos hay niños, mujeres y hombres.
Gunness calcula que aún hay unos 2 mil civiles viviendo en la zona, donde suele haber enfrentamientos entre las tropas de Assad y los rebeldes.
«Si no se atiende esta situación urgentemente podría ser demasiado tarde para salvar vidas de miles de personas, niños incluidos», dijo Gunness en un comunicado enviado a The Associated Press.
Rami Abdurrahman, del Observatorio Sirio por los Derechos Humanos —una organización ubicada en Gran Bretaña que cuenta con una red de activistas en territorio sirio_, confirmó las muertes. Dijo que entre los que fallecieron el fin de semana había un anciano, un hombre discapacitado y una mujer.