Las copiosas lluvias estacionales y los fuertes vientos en Nigeria se han hecho sentir en el lugar donde un avión comercial con 153 personas a bordo se estrelló, lo que ha retrasado los esfuerzos de rescate y la investigación de las causas del accidente.
Las fuertes lluvias, que comenzaron la mañana de hoy antes del amanecer, inundaron carreteras y derribaron líneas eléctricas y árboles en Lagos, la ciudad más poblada de Nigeria.
Yushau Shuaib, portavoz de la Agencia Nacional de Manejo de Emergencias de Nigeria, dijo que las lluvias han impedido que los rescatistas regresen al lugar del accidente cerca del aeropuerto internacional Murtala Mohamed de Lagos.
Trozos de metal calcinado del avión, escombros de los edificios destruidos, barro espeso y agua acumulada esperaban a los rescatistas. Un edificio de tres pisos que fue siniestrado por la nariz de la aeronave MD-83 comenzó a estremecerse cuando los rescatistas excavaron a través de los escombros, y temen que se desplome.
El avión se estrelló el domingo y las 153 personas a bordo murieron. Los equipos de rescate temen que más personas probablemente perdieron la vida en tierra.
El lunes por la noche, cuadrillas de emergencia recuperaron tanto la caja de grabación del vuelo como la caja de grabación de cabina, señaló Tunji Oketunbi, vocero del Buró de Investigación de Accidentes, que investiga accidentes aéreos en Nigeria.
«Las llevaremos al extranjero para decodificarlas y eso ayudará a nuestro análisis», destacó Oketunbi el martes. «Sabremos qué sucedió en la aeronave poco antes que se estrellara», agregó.
Un investigador de la Junta Nacional de Seguridad de Transporte de Estados Unidos también se unirá a las autoridades nigerianas el martes a fin de ayudar a determinar la causa del accidente, señaló Oketunbi.