Cientos de miles de peregrinos chiitas desfilaron el jueves en Bagdad para conmemorar la muerte en el año 799 del imán Mussa al Kadhim, el séptimo de los 12 imanes chiitas, protegidos por un importante dispositivo policial ante el temor de atentados.
Los peregrinos, que llegaron de todo el país, convergían hacia el mausoleo del imán Kadhim, situado en el barrio sunita de Jadimiya (norte), para besar su tumba.
Ancianos y jóvenes, vestidos de negro, se flagelaban con cadenas en señal de duelo, mientras a la muchedumbre de peregrinos, que casi todos marchaban a pie, se les ofrecían té, bebidas frescas y naranjas por las calles bagdadíes.
Numerosos vehículos blindados y soldados armados desplegados a lo largo del recorrido de la peregrinación controlaban la seguridad de la marcha, que atravesaba la capital iraquí.
Las autoridades decidieron tomar medidas de seguridad excepcionales para evitar que se repitan los incidentes de años anteriores, mientras se registran numerosos actos de violencia confesional en la capital iraquí.
La circulación en automóvil, moto o bicicleta está prohibida en Bagdad desde el miércoles al sábado, para evitar los atentados con coches bomba y los incidentes de años anteriores. También está prohibido el porte de armas.
«Hasta ahora, el peregrinaje se desarrolla normalmente. Esperamos tres millones de peregrinos», declaró el general Qassim Atta, portavoz del plan de seguridad actualmente impuesto en Bagdad.
«Las medidas de seguridad funcionan. La gente coopera. Nosotros también contamos con un apoyo aéreo y no hemos tenido incidentes», agregó.
El imán Musa al Kadhim falleció en Bagdad en el año 799 después de ser envenenado en la cárcel.
Todos los años, decenas de miles de peregrinos chiitas, llegados de todo el país, conmemoran el aniversario de su muerte congregándose en su mausoleo.
En agosto de 2005, la conmemoración se vio ensombrecida cuando la multitud fue presa del pánico debido a rumores sobre la presencia de extremistas que supuestamente se disponían a cometer atentados suicidas.
Al menos 965 peregrinos murieron ahogados, asfixiados o pisoteados en esa estampida en el puente Al Aimah de Bagdad, que conduce al mausoleo.
En 2006, siete personas murieron por explosiones y disparos durante la marcha al atravesar los barrios sunitas, que representan el 70% de los habitantes de Bagdad.
Los chiitas –que constituyen el 60% de la población de Irak– estaban reprimidos y perseguidos bajo el régimen del ex dictador Saddam Hussein, cuyos partidarios sunitas ocupaban la mayoría de los puestos de poder.
Desde comienzos de 2007, las fuerzas iraquíes y estadounidenses intentan acabar con la violencia interconfesional en Bagdad.
Desde febrero, el ejército estadounidense mantiene desplegados en la capital iraquí unos 85.000 hombres con la misión de descubrir y expulsar a los extremistas sunitas y a los milicianos chiitas.
El refuerzo, sin embargo, no ha impedido que siga siendo muy elevado el número de víctimas civiles en Bagdad debido a la violencia confesional.
El 19 de junio, un camión cargado de explosivos mató a 87 personas e hirió a otras 242 cerca de la mezquita chiita de Al Jolani, en el centro de la ciudad.
Por su parte, el ejército norteamericano anunció el miércoles la muerte de 32 «terroristas» en un ataque aéreo en el barrio chiita de Sadr City, feudo del líder radical Moqtada Sadr. Los fallecidos estaban acusados de formar parte de las milicias apoyadas por Irán.