Frustración e ideal de un ex guerrillero


Varios de mis contados lectores me escribieron al buzón electrónico, fuera de quienes vertieron su opinión en el portal de La Hora, acerca de mi artí­culo publicado el jueves 21 sobre la inveterada división de la izquierda, incluyendo en esta corriente desde marxistas hasta centro izquierdistas.

Eduardo Villatoro
eduardo@villatoro.com

Me llamó la atención muy especialmente, empero, el mensaje de Mario Macario Morales Toj, por una serie de razones que intentaré resumir en este espacio, con su autorización. Según sus propias palabras, fue «militante por 14 años de la URNG, en los años más crueles de la guerra interna, entre 1978 y 1990. Viví­ en carne propia -asevera- lo más difí­cil de la guerra en el área Ixil. Fue una experiencia realmente difí­cil de describir, por todos esos sufrimientos. Yo pertenecí­ al Ejército Guerrillero de los Pobres y estuve en el Frente Ho Chi Minh y Ernesto Che Guevara, toda la parte norte de Quiché».

Agrega Morales Toj que «cuando uno tiene convicción y un objetivo razonable, los sacrificios, por muy difí­ciles que sean, se superan. Sin embargo, mi gran frustración, al final, fue ver cómo los que decí­an ser revolucionarios, empezaron a reacomodarse en la era de la posguerra, a costilla de todos aquellos que nos fajamos la vida en las montañas. Esos ideales por los cuales luchábamos, los botaron de la noche a la mañana los supuestos lí­deres, y como resultado, la izquierda que representaba la URNG se encuentra dividida, cada grupo con sus intereses, sin liderazgo y todo aquello que los sociólogos le llaman incidencia polí­tica».

Mario se lamenta al decir «Qué tristeza es ver hoy que no existe ni siquiera un movimiento social que logre aglutinar los verdaderos intereses de las mayorí­as. Y desde mi perspectiva estoy convencido que la vieja guardia del izquierdismo (supongo que incluye no sólo a la URNG sino a las otras fuerzas de izquierda) debe apartarse y dejar que surja un nuevo liderazgo joven, y entonces estoy completamente seguro que las cosas van a cambiar».

Señala este ex guerrillero que «soy una persona que luego de la desmovilización, la izquierda desde sus diferentes matices no representó para mí­ una perspectiva para mi desarrollo integral. Yo comencé de nuevo, con mis propias fuerzas, y ahora puedo decir con satisfacción que luego de la reinserción a mi comunidad, me convertí­ inicialmente en obrero maquilador; además, poco a poco logré estudiar, y eso me ha abierto otros espacios». Actualmente es miembro de la Asociación Indí­gena para el Desarrollo Comunitario, en el área de Ixcán, que ejecuta proyectos agrí­colas

Añade que «para que surja una izquierda con diferentes variantes y matices sociales, pero con visión a largo plazo, primero deben dejar que esa vieja guardia se aparte del camino, y entonces estoy seguro que en el futuro tendremos otro escenario».

Morales Toj reconoce que una de las ventajas que dejó la  guerra interna y la firma de los Acuerdos de Paz es que «hoy por hoy, la democracia que vivimos, aunque débil, nos permite expresarnos; pero esa democracia la debemos fortalecer, y esa es una responsabilidad de las nuevas generaciones de izquierda y de otras corrientes polí­ticas que respeten el derecho a disentir».

(El analista Romualdo Tishudo le pregunta a un novato columnista de izquierda, a propósito de un artí­culo suyo en el que escribe «lobby» en vez de «vestí­bulo» -¿Sabés que es un barbarismo? El tipo responde: -¡Claro que sí­! Es una exagerada colección de muñecas Barbies).