Frí­volo e insustancial


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Presentar un recurso extraordinario de Amparo ante un tribunal escogido con lupa para garantizar su trámite es práctica común, pero hacerlo contra una resolución que no es la que agotó la ví­a administrativa en el tema electoral es una gí¼izachada mayor y sólo los candidatos de la alianza UNE y GANA pudieron caer en el engaño de sus abogados para celebrar como victoria lo que es producto de un amparo frí­volo y de una resolución insustancial.

 


Si bien todo es materia de Amparo, hay un requisito para que previamente deba agotarse la ví­a administrativa y en el caso del Registro de Ciudadanos eso ocurrió cuando se presentó la nulidad ante el Tribunal Supremo Electoral. La resolución que impide ahora la inscripción del binomio es la del Tribunal Supremo, ya no la del Registro de Ciudadanos, por lo que los abogados de la Sala Primera de Apelaciones que otorgaron el Amparo Provisional demostraron absoluta ignorancia jurí­dica o, como es realmente de suponer, tremenda mala fe al emitir una resolución insustancial porque el Amparo que les presentaron no tení­a sustancia, toda vez que era contra una resolución que ya no es la determinante en el caso.
 
 Serí­a como suponer que el Tribunal Supremo Electoral no existe y que no tuvo nada que ver en este caso. La autoridad recurrida en el Amparo, el Director del Registro de Ciudadanos, ya vio cómo su decisión fue impugnada por la ví­a legal con un recurso de nulidad y, en cumplimiento de los procedimientos legales, lo elevó a la autoridad correspondiente, el pleno de los magistrados que conforman el Tribunal Supremo Electoral, para que resolviera, lo cual se hizo.
 
 Precisamente por abogados como los que metieron ese Amparo es que esa figura jurí­dica esencial para la garantí­a de los derechos legales está tan desprestigiada porque se usa como maña, como táctica para entrampar procesos y para evitar que se apliquen las resoluciones judiciales. Llegará el dí­a en que se tendrá que regular la Ley de Amparos para impedir la presentación de recursos frí­volos como el que metieron los abogados de Torres y Dí­az Durán, y castigar severamente a esos abogados que mañosamente actúan. Porque cualquier estudiante de leyes sabe que en este caso no se podí­a recurrir en Amparo contra el Registro de Ciudadanos si ya el asunto fue resuelto por el TSE. Evidentemente los señores magistrados de la Sala que resolvió no están a la altura de un estudiante de derecho. El trabajo más delicado de los abogados de la coalición oficialista fue el de escudriñar los listados de los magistrados que ellos eligieron para encontrar a los que, sin más trámite, les dieran el Amparo Provisional en una resolución absolutamente insustancial.