Frida Kahlo y su solidaridad con Guatemala


Para diversos sectores de la sociedad mexicana Frida Kahlo es el pincel de la angustia. Una mujer venciendo adversidades fí­sicas ?32 intervenciones quirúrgicas? y pintando con un personal estilo donde se encuentran las vivencias de su cotidianidad. Fue de esa manera como supo ser protagonista de una vida donde ella formó el mito. Siempre con un halo de drama y genialidad moviendo sus manos en los lienzos para formar imágenes y plasmar dolor, esperanza, ternura y amor.

Carlos Cáceres

Frida Kahlo superó formas de tradición en la pintura, así­ como elementos convencionales propios de su época. Con su pintura, lenguaje y acción social se desenvolvió con libertad. El escritor guatemalteco Luis Cardoza y Aragón, en su libro Pintura contemporánea de México dice: en Frida «es la criatura humana la que alienta su pintura, lejos de toda escuela, lejos de toda tendencia, sin interesarle fijar fantasí­as». En la actualidad, su arte lo aprecia la comunidad internacional.

El mundo mágico y real de Frida Kahlo se encuentra al ver su pintura y conocer los aportes de escritores, periodistas e investigadores quienes destacan su tiempo pictórico. Ahí­ se expresó con un estilo propio compartiendo con los grandes muralistas mexicanos: Diego Rivera, su esposo; David Alfaro Siqueiros, «el Coronelazo» de los republicanos en la guerra civil española; y José Clemente Orozco, pintor de la vida del pueblo mexicano. Con ellos tuvo amistad y diálogos de la realidad socioeconómica de México.

Es en la polí­tica donde Frida Kahlo estuvo presente con su sensibilidad estética y expresión de solidaridad social. En este tema, compartió inquietudes con Tina Modotti, una mujer en la militancia polí­tica; Concha Michel, musicóloga, activista polí­tica, defensora de los derechos de la mujer; y León Trotsky, ideólogo de la revolución rusa y creador del Ejército Rojo. Este factor, entre otros, explica la presencia de Frida Kahlo, en julio de 1954, dí­as antes de morir, en una manifestación de protesta por la invasión a Guatemala. El presidente Jacobo Arbenz fue derrocado y se anuló el perí­odo democrático que se habí­a iniciado en 1944.

Frida Kahlo fue trasladada a la Academia de San Carlos (escuela de pintura) en la calle Moneda hasta el zócalo de la ciudad de México. Diego Rivera guiaba su silla de ruedas y accedí­a a que otras personas lo hicieran. Una figura femenina altiva. Así­ se ve en una foto ?hoy se le considera histórica? tomada en la calle durante la manifestación. La acompañaban David Alfaro Siqueiros y Juan O’Gorman, arquitecto y pintor. Amigas y amigos de la pintora repartí­an volantes y solicitaban firmas de apoyo para un documento en el cual se expresaba el rechazo a la intervención militar en Guatemala. Y ahí­ estaba Frida Kahlo, siempre fiel a sus ideas. Con su presencia polí­tica desbordaba su aura de mujer atrayendo miradas, comentarios y apoyo.

Carlos Monsivais, el cronista de la cultura mexicana se encontraba en la manifestación. Al regresar a su casa escribió un texto, posteriormente publicado en el periódico El Preparatoriano. En él se refirió a esa figura «con el rostro lí­vido donde parecí­a extinguirse un rito cristiano». La experiencia de Monsivais en la marcha la escribió de la siguiente manera: «Frida, el retablo actuado: Diego, la sí­ntesis progresista de la fuerza de la Naturaleza».

Arturo Garcí­a Bustos, excelente pintor mexicano alumno de Frida Kahlo, se encontraba en 1954 en Guatemala, junto a su esposa la pintora guatemalteca Rina Lazo. Al regresar a México en julio de ese año de inmediato visitó a su maestra. «Bustito ?así­ le decí­a? cuéntame lo que pasó en Guatemala». Frida Kahlo, con voz muy lenta y sus ojos ?siempre viendo al interior de su pensamiento y a la forma externa de su cuerpo?, bajo las enormes cejas que siempre la ubicaron, tuvo expresiones de aliento para Guatemala.

Garcí­a Bustos habló con ella de las implicaciones negativas de carácter polí­tico y socioeconómico para la población guatemalteca como consecuencia de la invasión militar extranjera. La actitud polí­tica solidaria de Frida Kahlo para Guatemala, explicó Garcí­a Bustos, «sólo fue reflejó de sentimientos de justicia y pensamiento democrático de la Maestra». La Casa Azul ?el hogar de Frida Kahlo? hoy convertida en museo publicó una biografí­a mí­nima y en ella expresa que ella fue «una fiel activista de izquierda»,

Es posible encontrar rasgos surrealistas en la pintura de Frida Kahlo, como lo señaló el propio Andre Bretón. Para otros es un testimonio desconcertante. De cualquier manera como se le pretenda ubicar, es expresión artí­stica con imágenes de su feminidad. Ella tiene conciencia de sí­ misma porque expresa su identidad.

Diversas instituciones mexicanas han desarrollado actividades con motivo del centenario del nacimiento de Frida Kahlo (julio 1907-julio 2007). Hoy es una figura internacional y en ella siempre estará presente una expresión palpable de modernidad porque impulsó cambios que le dieron coherencia y libertad a su forma de actuar. Hombres y mujeres van a museos de México para apreciar sus pinturas y recordar aquella mujer vestida con faldas de Tehuana, tocados, trenzas románticas, y blusas multicolores realizadas por manos populares. Frida Kahlo, la mujer que se pintó a sí­ misma «porque era el motivo que mejor conocí­a». Así­ fue su conducta ante la vida.