Las protestas al paso de la llama olímpica por París y las amenazas de boicot contra la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos arrojaron un viento frío en las relaciones entre Francia y China, donde comenzaron a circular llamados a boicotear los productos franceses.
A cuatro meses de los juegos de Pekín, China lanzó una advertencia a Francia.
«La amistad necesita esfuerzos por ambas partes. No se pueden oír por un lado loanzas a la importancia de la relación entre Francia y China y por otro verse cosas que el pueblo chino no entiende ni acepta», declaró ayer una portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Jiang Yu, en rueda de prensa en Pekín.
«Esperamos que Francia escuche atentamente la voz del pueblo chino y, acerca de un cierto número de problemas recientes, tome una posición objetiva e imparcial, respete los hechos, distinga la verdad de la mentira y, como muchos países, entienda y apoye la posición justa y las medidas apropiadas tomadas por el gobierno chino», agregó.
Jiang Yu se negó a condenar los llamamientos al boicot que circulan en Internet contra las marcas francesas y en especial contra el distribuidor Carrefour, muy presente en China.
«Recientemente, los chinos expresaron su opinión y sus sentimientos. Todo esto tiene un motivo», afirmó.
Hoy, la prensa oficial china retomaba estos comentarios.
«París hirió la amistad franco-china», titulaba el Global Times, recordando que Francia fue el primer país occidental que reconoció a la China comunista y la excelencia de las relaciones durante la presidencia de Jacque Chirac, predecedor del actual presidente Nicolas Sarkozy.
«En consecuencia, el hecho de que la llama olímpica, en su periplo mundial, haya recibido una fría acogida en Francia habrá sorprendido y herido a los chinos», consideraba el diario.
La embajada de Francia en Pekín se negó a hacer comentarios.
Ayer, la portavoz del ministerio francés de Relaciones Exteriores, Pascale Andreani, pidó a China que haga de los Juegos Olímpicos de Pekín «un momento de apertura y tolerancia».
Cuando se le preguntó sobre la decisión del presidente Sarkozy de condicionar su participación en la ceremonia inaugural de los Juegos a un diálogo entre Pekín y el Dalái Lama, Andreani respondió que es «demasiado pronto» para pronunciarse.
«Como ha dicho el presidente de la República, veremos qué ocurre de aquí a la inauguración de los Juegos Olímpicos», declaró.
Pero en el seno de la comunidad de negocios francesa en China comienza a cundir la preocupación.
«China estuvo cerrada durante siglos. Su apertura data sólo de hace unos 30 años. No le cerremos la puerta en las narices», afirmaba el consultor André Chieng, miembro eminente de la Cámara de Comercio e Industria francesa de China, en un artículo publicado por el diario económico francés Les Echos.
Pascale Andreani
vocera de la cancillería francesa